Estamos viviendo una época en la que algunas empresas están desapareciendo, mientras que otras PyMEs están creciendo de forma acelerada. Para las pequeñas y medianas empresas, la Consultoría resulta ser una palanca que los puede catapultar hacia el éxito exponencial.
Por esta razón, el consultor juega un papel trascendental, ya que con su experiencia y con la visión del empresario, ayudará a que estas empresas disruptivas empiecen a cambiar de manera exponencial y a alcanzar éxitos que ni los mismos empresarios habían considerado, todo esto a través de diagnósticos y propuestas de alto impacto
Visión, propuestas y respuestas
Así como las empresas tienden a crecer exponencialmente, el consultor tiene que ser visionario para dar propuestas y respuestas para cualquier tipo de necesidades. Comenta David Rose: “Cualquier compañía diseñada para triunfar en el siglo XX, está condenada al fracaso en el siglo XXI”. Esto se debe a que las tecnologías están cambiando radicalmente en todas las empresas del mundo.
Desde la pequeña empresa casera que a través de un software empieza a realizar el costeo de sus productos, hasta aquellas que utilizan plataformas más elaboradas o robustas, requieren posicionarse dentro de un mercado más estratégico o quizá dentro de un segmento que no habían imaginado. Y qué decir de los nuevos esquemas de venta, mercadeo o marketing que, por medio de plataformas digitales o redes sociales, se están posicionando dentro de los mercados, llegando inclusive a traspasar fronteras.
Entonces, el consultor de hoy en día deberá de estar a la vanguardia en todos los avances tecnológicos para poder ofrecerlos como soluciones para sus clientes, considerando a las pequeñas y medianas empresas que deben entrar y profundizar en esta era de las tecnologías aceleradas.
Nos encontramos en un momento de la historia donde todo aquello que aprendimos está empezando a ser obsoleto, por lo que el consultor debe entender esta parte de la historia ya que será el protagonista en estos cambios de paradigmas, pero para ello debe de estar preparado y arriesgar, estando consiente que los mercados se están moviendo a ritmos vertiginosos y en donde los más audaces podrían resultar vencidos.
Así es que debemos navegar el océano azul como lo dice Renée Mauborgne y W. Chan Kim en su libro “La estrategia del océano azul” y no competir en océanos sangrientos que persiguen los tradicionalistas que no se salen del guión. Salirse del guión como consultor, es ahora, ser un consultor disruptivo que impulse a sus consultados a arriesgarse, a salir de una zona de confort donde todo está ya preestablecido, inclusive la hora en que deberá cerrar, porque no tuvo la visión, el valor y el asesoramiento para arriesgarse a hacer las cosas de una forma diferente.
Por: L.C.P. Miguel Ángel Maldonado Tapia
Consultoría, Capacitación y Coaching Pyme