MEJOR UTILIZACIÓN Y APLICACIÓN DE LOS RECURSOS.

LA CONSULTORÍA COMPROMETIDA A CONTRIBUIR CON UNA MEJOR UTILIZACIÓN Y APLICACIÓN DE LOS RECURSOS PÚBLICOS.

En las últimas décadas la evaluación para el desarrollo ha adquirido mayor aceptación entre los gobiernos nacionales y subnacionales. México no ha sido la ex­cepción, derivado de un proceso de cambios en el ámbito político y gubernamental, la evaluación de las tareas del gobierno, principalmente las relacionadas con la reduc­ción de la pobreza, fue paulatinamente posicionándose como una nueva cultura.

Si bien fue hasta la última mitad de la década de los 90’s que se realizaron las primeras evaluaciones a programas, en años recientes con la crea­ción del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), la publicación de las Reglas de Operación de todos los programas, y el establecimien­to del Presupuesto Basado en Resultados y el Sistema de Evaluación del Desempeño para el Desarrollo Social se cuenta con información sobre la razonabilidad y lógica del diseño de los programas, la operación de los programas y la cuantificación de sus resultados, así como el desempeño de las instituciones encargadas del ejercicio de los recursos públicos para subsidios y programas sociales.

En el Plan Nacional de Desarrollo 2013 – 2018, por primera vez en un ordenamiento de esta naturaleza, se han defi­nido 14 indicadores para medir y evaluar el desempeño del gobierno, y las dependencias deberán replicar este esquema en sus instrumentos de planeación, a la par que continuarán con el Sistema de Evaluación ya establecido con anterioridad.

¿Cómo se evalúa?

El Sistema de Evaluación del Desempeño tiene como propósito llevar a cabo una valoración ob­jetiva, sistemática y cuantitativa del desempeño de los programas públicos; mediante indicado­res estratégicos y de gestión se verificará en qué medida fueron cumplidas las metas y objetivos pro­puestos por las dependencias. De esta manera, los tomadores de decisiones contarán con elementos sustentados que les permitan decidir el rumbo de los programas vigentes, realizar las adecuaciones necesarias, identificar si los programas están o no resolviendo los problemas públicos para cuya aten­ción fueron diseñados, y en general, retroalimentar sobre su desempeño. Hay dos grandes rubros en esta materia, la evaluación de programas federa­les y las evaluaciones estratégicas.

La Evaluación de Programas Federales puede ser de 5 tipos: Consistencia y Resultados, Indicadores, Procesos, Impacto y Específicas. Para su realiza­ción existen metodologías, términos de referencia y lineamientos específicos y cada una de ellas cu­bre diferentes ámbitos y se realizan en diferentes momentos de vida de los programas.

La Evaluación de Consistencia y Resultados, por ejemplo, se realiza a programas en operación y revisa el diseño del programa, su alineación con los instrumentos de planeación, su focalización, cobertura, operación y resul­tados. Es un tipo de evaluación de gabinete y sigue los términos de referencia acordados por las dependencias normativas en materia de evaluación. Esta evaluación permite conocer en qué medida el programa está cumpliendo con sus objetivos y en qué forma la instancia responsable lo está ejecutando.

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