“Las organizaciones deben considerar que buscar una comunicación sustentable y sostenible, es apostar esfuerzo al fortalecimiento del capital más importante de una sociedad, el capital humano.”
Cuando hablamos de sustentabilidad es necesario referenciar los aspectos inherentes del ser humano, uno de ellos, y de suma importancia es la comunicación. Una empresa debe vivir la sustentabilidad desde la comunicación,
siendo esta efectiva, es decir, que contenga en sí todos los elementos de un sano intercambio de ideas. Para una comunicación efectiva se necesitan tres elementos:
– Un emisor comprometido que ejerza con responsabilidad y valores el mensaje del que es portador.
– Un mensaje preciso y claro, sin errores ni búsqueda de difamación, que construya no que destruya y que fomente el buen entendimiento.
– Un receptor inteligente que atienda a la escucha, comprenda con precisión el mensaje obtenido y haga buen uso del mismo.
En teoría la dinámica se puede entender sencilla, el problema es el ejercicio de la misma.
La comunicación actual
En la actualidad, vivimos un serio problema de comunicación en todos los niveles sociales; desde la familia donde los padres no atienden correctamente las necesidades de escucha de sus hijos en el preciso consejo y guía en los momentos importantes de su vida, o los hijos que no entienden el lenguaje de los padres y no saben cómo responder a sus propias inquietudes. En los grupos de amigos o colegas profesionales en donde cada uno entiende lo que le conviene, y no
lo que es mejor para el fortalecimiento de la sociedad comunal. En las empresas u organizaciones en donde se cree que la comunicación efectiva es hacer lo que pide el alto rango jerárquico, y no se ponen a pensar en las necesidades, aportes de ideas o incluso soluciones que podría tener el empleado, ya que son ignoradas por creer que su opinión en poco o nada aporta a la empresa. Esto se vuelve un teléfono descompuesto donde todos dicen lo que piensan y pocos hacen lo que deben, o en el peor de los casos ni hablan, ni opinan, ni dejan su legado ideológico, pues opinar les puede costar su empleo. En el gobierno la situación es igual o peor; gobiernos que dictan leyes sin consultar primero a la población de las consecuencias de sus actos, imponiendo soluciones mágicas que en la práctica sólo aportan más pobreza y desigualdad social en lugar de aportar beneficios y crecimiento integral. Mientras, los ciudadanos hartos de la situación, afrontan con opiniones o críticas, pero sin base sustentable, sin propuestas sólidas y sin el respeto y el mensaje correcto a un gobierno que apenas y los escucha, y que por el contrario, prefiere reprimir sus inquietudes.
Esta es la situación de la comunicación, lejos totalmente de las expectativas sustentables y sostenibles que merece la sociedad. Una comunicación vacía y fría que sólo hace más agobiante los principios rectores de la evolución humana. Creemos que comunicarse efectivamente es utilizar redes sociales, publicar lo que hice, o no hice durante el día y que todos se enteren en un muro común que visualizan millones de personas en el mundo, y que realmente poco les importa tu situación de vida. Eso no es comunicarse, es ser parte de un sistema que oprime tu comunicación y la vuelve mucho menos que sustentable; sólo es alegato de emociones.
Por: Ing. Alberto Valles Aguirre, Si desea conocer el texto completo busque nuestra edición de Marzo en todos los Sanborns del país.