¿Contaminante o codiciada materia prima?
Las autoridades mexicanas han puesto en marcha los programas de separación de residuos sólidos urbanos (RSU), pues estos no sólo dañan el medio ambiente sino que ya han puesto en jaque la viabilidad de las ciudades ya que los rellenos sanitarios están por colapsar.
Justamente es en los residuos, donde se encuentra un nicho empresarial prácticamente novedoso y por lo visto redituable, el reciclaje. Aquél donde se nos mencionan tres reglas básicas de la R, REDUCIR, RECICLAR Y REUTILIZAR. De acuerdo a las cifras del INEGI, en nuestro país se producen más de 39 millones de toneladas de RSU al año, pero apenas el 12% de esto se recicla.
Uno de los materiales que es excelente candidato para entrar en el proceso de reciclaje, es el PET (Poli Etilen Tereftalato), material en el que las industrias refresqueras, de aguas carbonatadas y agua embasan sus productos para ponerlos en el mercado. Es importante mencionar que este material ofrece cierta comodidad al consumidor por su practicidad y costo, pero también es un residuo que tarda de 300 a mil años en degradarse.
Los esfuerzos por cuidar el ambiente no sólo han sido apoyados por instituciones gubernamentales, también asociaciones civiles y empresas se han sumado para colaborar con las acciones de reciclado. Ejemplos de ello son ECOCE, sociedad civil y la empresa Tecnología del Reciclaje (TdeR).
ECOCE está formada básicamente por los miembros de la Asociación Nacional de Productores de Refrescos y Aguas Carbonatadas, A.C. y de la Asociación para Promover el Reciclado del PET, A.C. Esta asociación se encarga de acopiar algunos de los envases de PET, en los que sus asociados envían al mercado sus bebidas, para después comercializar las botellas tanto en México como en China, Canadá, Estados Unidos y otros.
Según cifras de ECOCE, durante 2010, la demanda de PET virgen aproximada en México fue de 790 mil toneladas, 460 mil pertenecen a sus asociados; sin embargo, dicha asociación tan sólo recaudó 115 mil toneladas de PET post-consumo.
El proceso, evidentemente, no concluye aquí, pues aunque las botellas ya no estén acumuladas en los rellenos sanitarios o tiradas al aire libre, siguen siendo un problema, ya que aún no han sido transformadas. Para la etapa de reciclaje y transformación, ECOCE comercializa el 40% de lo acopiado en nuestro país y el 60% en el extranjero.
Respecto a las actividades de Tecnología del Reciclaje, Gerardo Bonilla, Gerente Comercial de la empresa, comenta: “Nosotros empezamos en la cadena de suministro desde abajo, tenemos la recolección de basura, por ejemplo en el municipio de Coacalco, tenemos una flotilla de camiones que hace eso, damos servicio de transferencia de RSU (Huixquilucan). También hacemos la clasificación de los residuos que se pueden reciclar y los vendemos a empresas que son recicladoras, con el residuo orgánico fabricamos el único abono orgánico (Naturabono) de cuarta generación que existe actualmente en todo el planeta”.
“Además en esta planta (Tecámac, Estado de México) se hace el reciclaje de PET, de botellas de agua y de refresco post-consumo para hacer fibra corta de poliéster y geotextiles. Además generamos energía eléctrica a través de un arco de plasma frío para dar el servicio en el municipio de Villa Nicolás Romero sin contaminar, ya que el proceso es a través de un método de sublimación”.
Este es un ejemplo de lo que los empresarios pueden realizar a través del reciclaje y lograr diversificar sus negocios, elevando sus ganancias y protegiendo el medio ambiente, evitando que ciertos residuos sólidos lleguen a los rellenos sanitarios, las calles, ríos o lagos.
Como ya se mencionó, uno de los sectores a los que se dedica Tecnología del Reciclaje es el PET, éste después de lavarlo y triturarlo lo comercializan en: hojuela, fibra corta de poliéster, geotextiles no tejidos de poliéster y otras telas no tejidas.
Las aplicaciones principales de estos productos son: infraestructura, agricultura, azoteas verdes, ropa de cama, tapicería, textiles en general, industria automotriz, juguetes de peluche, embalajes, escobas, botellas, laminados, termo formados, obras pluviales, aeroportuarias, marítimas, calzado, entre otros.
Algunas de las obras en las que se utilizó el geotextil producido por TdeR son la pista de atletismo “El Sope”, ubicada en la segunda sección del Bosque de Chapultepec, y en la pavimentación de algunas calles del municipio de Chalco en el Estado de México. A decir del Gerente Comercial de la empresa, la disminución de costos entre una construcción hecha de concreto y otra en la que se ocupan los geotextiles el ahorro puede ser hasta del 40%; además, si la aplicación es correcta, el tiempo de vida útil es de aproximadamente 50 años y el mantenimiento es de bajo costo.
La lucha por el PET
Gerardo Bonilla sostiene que el precio de la botella de PET es controlado por China, ya que es el consumidor más grande de la botella post-consumo y su proveedor más importante es México, pues nuestro país ocupa el segundo lugar en el consumo de refrescos. Actualmente el costo de kilogramo de PET oscila entre 7 y 8 pesos.
En TdeR se consumen diariamente un millón doscientas mil botellas, aproximadamente 100 toneladas anuales, pero conseguir esa cantidad es difícil debido a que la botella está dispersa. Bonilla apunta: “Lo que hace marginal el negocio es la subida de precio y la importación del producto”.
Respecto al mismo tema, Héctor Treviño, Director de finanzas de Coca-Cola Femsa, declaró que el encarecimiento de este material continuará a la segunda mitad de este 2011 y admitió que tan sólo en el primer cuarto del año las alzas en los precios de PET impactaron alrededor de 40 ó 50 millones de dólares la estructura de costos de la compañía.
He aquí un motivo para la recolección de esta botella, pues se puede reciclar y crear otra vez una de la misma calidad, como lo ha implementado justamente esta compañía con la presentación de su empaque creado con 30% de materiales derivados de material reciclado.
La legislación del material
El pasado 14 de julio, un grupo de legisladores priistas del Estado de México, encabezado por el diputado Enrique Jacob Rocha, anunció que presentarán en el siguiente período de sesiones del congreso local el llamado impuesto verde que corresponde al uso de PET, puesto que de acuerdo a la SEMARNAT, dicha entidad genera el 10% del total de botellas del país.
Jacob Rocha dijo, en conferencia de prensa, que se contempla establecer una contribución de 20 centavos por envase de hasta cuatro litros y de un peso para los de más de cuatro y hasta los 20 litros. El impuesto incluirá todo tipo de botellas plásticas que puedan ser recicladas. “Los productores que deseen comercializar sus productos dentro de la región mexiquense son los que estarán obligados a aportar el importe o impuesto verde”, declaró.
Los legisladores comentaron que los montos recaudados serán destinados a un fideicomiso para apoyar obras y programas ambientales, con el objetivo de promover el reciclaje de estas botellas.
Al ser cuestionado sobre su opinión del tema, Gerardo Bonilla apuntó: “No sé para qué es ese impuesto, si es para fomentar el reciclaje bienvenido, que buen impuesto, si es para aumentar el costo de la botella pues ¿qué te digo?; si es para desalentar a que en México se fabriquen botellas de PET, pésima medida, la botella es buena, es un buen producto, lo que hay que hacer es reciclar, no dejar de fabricarla”.
Desde el punto de vista de Bonilla, falta mayor impulso a las empresas de reciclaje, pues siendo de los mayores consumidores de refresco es incongruente que en el ramo de producción de geotextiles sólo existan tres empresas en nuestro país. “Falta muchísimo impulso al reciclaje en el país, tendría que haber más empresas que reciclen PET, aluminio o vidrio, lo que quieran pero que reciclen”.
Recientemente ingenieros de la Universidad Autónoma Metropolitana y la Universidad Nacional Autónoma de México han emprendido proyecto de fabricación de viviendas utilizando como principal materia prima el PET, sustituyendo con ella el uso de tabiques con la intención de resolver el problema de la contaminación y la falta de vivienda.
Por Meztli Luna