La transformación digital es un tema que ya no se puede dejar de lado ni posponer, y la crisis de la pandemia lo resalta cada vez más, por lo que las empresas que aún no lo han conseguido, deben ponerse a trabajar en ello desde ahora.
La omnicanalidad es una de las ventajas competitivas más grandes de la transformación digital, si se sabe cómo gestionarla y aprovecharla de manera adecuada, permite que el cliente tenga una relación física y digital con la empresa, y así compartir información sobre sus requerimientos, sus preferencias y su experiencia.
Los resultados serán mejores decisiones de compra y un aumento en el promedio de artículos comprados. Es importante dejar en claro que la omnicanalidad debe ir más allá de habilitar diferentes canales de venta y de comunicación con el cliente. El objetivo es que la experiencia del cliente sea fluida en todos los medios que tiene a su alcance para relacionarse con la organización. Por ello, todas las plataformas deben interactuar de forma óptima entre sí, contribuyendo a incrementar las ventas y la lealtad de los clientes.
Es por eso que KPMG comparte cinco pasos para lograr los mejores resultados:
1.Mapear los disruptores y habilitadores tecnológicos para cada industria.
2.Evaluar la madurez de su empresa (los modelos: financiero, de negocio y operativo).
3.Definir un plan para los próximos dos a tres años alineado con la estrategia, priorizando las iniciativas relacionadas.
4.Empezar con una ejecución controlada, con pruebas piloto ágiles, eficientes y flexibles, mejorando conforme avanza el proyecto.
5.Trabajar en los cambios necesarios tanto en la cultura organizacional y las formas de trabajo, como en el ecosistema necesario para innovar.
Por: María Vallejo
Reportera