Técnica que facilita la reflexión, la comunicación y la resolución de problemas que pueden utilizar las organizaciones, equipos de trabajo y las personas en general.
Hoy en día, aprender y crear las condiciones para que el conocimiento se desarrolle y extienda, pero además se aplique dentro de las empresas, es sin duda una necesidad latente. La pregunta que seguido se plantean los empresarios dueños de micro, pequeñas y medianas empresas es: ¿Cómo hacer para que esto suceda? Generalmente, los procesos de capacitación están enfocados y relacionados con ciertas problemáticas que se
presentan en las empresas a muy distintos niveles, ya sean operativos, administrativos o directivos con el fin de mejorar el funcionamiento y de proporcionar a los colaboradores herramientas y conocimientos
suficientes para lograr un óptimo desempeño de la empresa. En muchas ocasiones las sesiones de capacitación se convierten en simples reuniones de discusión, en donde los participantes “se desahogan” y expresan aquellos aspectos que desde su perspectiva son necesarios para implementar mejoras en sus propias áreas de trabajo, sin llegar de una manera concreta a encontrar las soluciones que realmente ayuden a la organización y al equipo de colaboradores.
Otra práctica común a través de la cual una empresa busca fortalecer tanto sus relaciones internas como su intercambio de experiencias en busca de conocimientos y mejores prácticas, es por medio de las tradicionales reuniones de trabajo a las que se convoca con un sinfín de propósitos y, que en muchos de los casos no arrojan los resultados deseados. Lo anterior nos lleva a reflexionar sobre la necesidad de contar con mecanismos diferentes e innovadores que ayuden a las empresas a experimentar alternativas, a través de las cuales puedan descubrir nuevos conocimientos y obtener las mejores ideas de sus trabajadores.
Por: Mtra. Rosalinda Pizarro Santos, Mtro. Alejandro Mancera Rodríquez Si desea conocer el texto completo busque nuestra edición de Agosto en todos los Sanborns del país.