La Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó con 161 votos a favor, ocho abstenciones y ningún voto en contra, una resolución que reconoce el acceso a un medio ambiente limpio, sano y sostenible como un derecho humano. El texto fue copatrocinado por más de 100 países alineados con la organización, pe[1]ro fue oficialmente presentado en junio por Costa Rica, Maldivas, Marruecos, Eslovenia y Suiza. Reconoce la importancia de acuerdos y acciones para la protección del medio ambiente en todo el mundo.
El texto también reafirma el impacto del cambio climático, pérdida de biodiversidad, daño en ecosistemas e implicación del ser humano en este fenómeno. La resolución exhorta a los Estados miembros, organizaciones y empresas a reforzar sus esfuerzos para garantizar un medio ambiente sano para todos.
Ante la aprobación de esta resolución, el Secretario General de la ONU, António Guterres, celebró este avance, que calificó de un hito histórico; aprovechó para recordar la necesidad de superar la “triple crisis planetaria”: crisis planetaria del cambio climático, la pérdida de biodiversidad y contaminación. “La resolución ayudará a reducir in[1]justicias medioambientales, cerrar las brechas de protección y a empoderar a las personas, especialmente a las que se encuentran en situaciones vulnerables, como los defensores de los derechos humanos medioambientales, niños, jóvenes, mujeres y pueblos indígenas”, dijo Gutérres mediante un comunicado.
Impacto en ASG Tal y como detalla la resolución, se exhorta a las empresas a actuar en torno a estas necesidades y cumplir con los objetivos previstos en la Agenda 2030. Si bien ASG no sólo cubre la necesidad de actuar en beneficio del medio ambiente, sigue siendo un punto importante donde aún hay empresas que no están haciendo nada al respecto.
No es suficiente neutralizar la huella de contaminación de la empresa en sus operaciones, sino que también debe aportar un valor adicional para combatir el cambio climático, con iniciativas de reforestación, recuperación de espacios, o apoyo a asociaciones civiles especializadas. En conclusión, esta declaratoria sólo exacerba la exigencia global de que todas las empresas, sin excepción, sean agentes de cambio contra la crisis climática y desarrollo social.
Por: Klaus Gérman Phinder
Director de Desarrollo Corporativo y Responsabilidad Social de AB Estudio de Comunicación