La nueva estrategia de hacer negocios, una llamada a la acción para la iniciativa privada mexicana.
En el pasado septiembre, la ONU llevó a cabo la Cumbre del Clima en Nueva York. A pesar de que llevamos muchos años hablando activamente del cambio climático y sus consecuencias, esta vez el diálogo tuvo mayor resonancia. Jóvenes de todo el mundo marcharon para exigir acciones concretas a gobiernos y empresas para enfrentar de manera inmediata la crisis climática.
El objetivo principal de estas movilizaciones y de la reunión de la ONU es simple: limitar el calentamiento global a 1.5°C. De acuerdo con el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC por sus siglas en inglés) para alcanzar esta meta se requiere modificar de manera rápida y sin precedente el manejo de la tierra, la energía, la industria, el transporte y las ciudades en general. Esto se traduce en una acción central: reducir 45% las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI). Esta meta requiere de un esfuerzo significativo y colectivo, tanto de la iniciativa pública como privada a nivel mundial.
¿Cómo vamos?
De acuerdo con el primer informe de gobierno de la Presidencia de la República, la generación convencional sigue representando casi el 80%. Esto quiere decir que vamos tarde en nuestros compromisos, que a finales de 2018 solamente 20% de la electricidad generada en nuestro país era limpia; 8.31% hidráulica, 5.3% eólica, 2.97% nuclear, 2.44% fotovoltaica, 1.67% geotérmica y 0.05% bioenergía.
Otro mecanismo importante es el mercado de Certificados de Energías Limpias (CELs). Un CEL acredita la producción de un MW/h generado a partir de energías limpias. Cada centro de carga está obligado a adquirir CELs en proporción al total de la energía eléctrica consumida; 5.8% en 2019, 7.4% en 2020, 10.9% en 2021 y 13.9% en 2022. Esto se traduce en un ingreso adicional para los generadores de energía limpia, y por lo tanto, en un incentivo a la inversión en este tipo de proyectos.
¿Qué acción concreta puedan hacer las empresas mexicanas para contribuir a esta causa?
Comprar energía limpia. Por primera vez en la historia, las energías renovables compiten financieramente con las energías convencionales e incluso han resultado mucho más competitivas. Los precios de las fuentes convencionales de generación de energía fluctúan con los precios de los combustibles fósiles; carbón, petróleo y gas natural. Los precios de las energías renovables no responden a estas variaciones de mercado, resultando en una cobertura financiera frente a las tarifas actuales de electricidad. Hoy no hacer nada ya no es una estrategia de negocio.
En una encuesta realizada a finales de 2017 por Strategy& a ejecutivos de más de 100 empresas comerciales e industriales con ingresos superiores a 10,000 MDP se obtuvieron resultados interesantes sobre la compra de electricidad en nuestro país; primero, únicamente 16% de las empresas cuentan con contratos de suministro eléctrico; y segundo, los dos principales motivos para la búsqueda de nuevas formas de suministro eléctrico son la reducción de costos y el cumplimiento de metas de energía limpia.
Beneficios de comprar energía limpia
Como experta en compra de electricidad, reconozco que esta no es una tarea fácil para las empresas. La multiplicidad de ofertas, las distintas modalidades de compra, la magnitud económica de la decisión y la constante evolución del mercado, hacen que la evaluación de alternativas de suministro requiera de un equipo multidisciplinario y muchas veces, de asesores externos expertos en la materia. Sin embargo, los potenciales beneficios financieros ameritan este esfuerzo. Hemos encontrado que los ahorros potenciales pueden llegar a ser de hasta 40% en comparación con las tarifas actuales de la CFE, dependiendo de la tensión y la ubicación de cada centro de carga.
Por: Lic. Andrea Marín Monterrubio,
Directora General de Energyby5 México.