¿Cuántas veces has escuchado que tu actitud es negativa, o recibes críticas y enojos por lo que sientes, dices y haces?
Seguramente viene a tu memoria más de una ocasión y te sientes alegre, triste o con remordimiento, según sea tu caso. Bueno, te invito a reflexionar con la siguiente información y le des dirección a tu camino por esta avenida llamada vida.
Lo primero que me pregunto es ¿por qué la cultura nos ha orillado a ver lo negativo y pocas veces lo positivo? Y aún más crítico, a no reconocer acciones positivas. Está claro, según estudios hechos por especialistas, que somos un país e incluso un mundo que está necesitado de desarrollar habilidades de reconocimiento y saber escuchar. Por ejemplo, ¿cómo complementarías estas frases?:
✓ Los pobres son…
✓ Los empleados buscan…
✓ Los hombres son…
✓ La felicidad se alcanza…
✓ Las mujeres creen…
Responde honestamente, pregúntales lo mismo a algunos conocidos y evalúa lo que contestaron. Te sorprenderán las respuestas. Una conclusión del análisis es que tu respuesta será de acuerdo con la actitud que tengas para con estos temas y puede ser positiva, pero en mi experiencia preguntando esto a grupos de personas, lo primero que piensan son en las malas experiencias que han escuchado, visto o leído acerca de estos temas.
Es urgente que empecemos a cambiar este modelo en la sociedad y logremos con nuestras acciones y participaciones contagiar a los demás buscando crear una cultura más de colaboración que de confrontación. Con base en lo anterior y de acuerdo con información de Pablo Moch, empresario re conocido, experto en el área de Desarrollo Humano y doctor en psicología, te comparto que “una actitud es la base de la conducta social y son necesarias en las relaciones. Son aprendidas y las personas no llegan al mundo con ellas, son bastantes persistentes y se quedan con uno durante mucho tiempo.” Entonces, “la actitud es una predisposición a responder a un objeto. Son inclinaciones y sentimientos humanos, prejuicios o distorsiones, nociones preconcebidas, ideas, te mores y convicciones acerca de un asunto determinado. La actitud produce consistencia en las manifestaciones conductuales.
Posee una característica motivacional y direccional. Incluye componentes; cognitivos, emocionales y comportamentales“. Ante este escenario necesitamos buscar que exista “congruencia actitudinal”, pero primero debe existir “consistencia interna de las actitudes”. Por ejemplo, es posible que una gente odie el fumar, piense que no es saludable y nunca lo haría, aquí es donde identificamos congruencia.
De otra manera, puede existir discordancia porque fumo, pero sé que es malo y me agrada hacerlo. Aquí no hay congruencia y es donde, sólo si aplica, podemos influir con nuestra retroalimentación. Recuerda: NO es corregir el hábito o la acción, es generar que haya Congruencia.
Por: Mtro. Oscar Rodríguez González
Chief People & Culture Officer / Business Coach Director de Cultura y Personas