“Yo sola no puedo cambiar el mundo, pero puedo lanzar una piedra sobre las aguas para crear muchas ondas”. Madre Teresa
Es bien sabido el término “alianzas estratégicas”. Incluso, le hemos dado lugar a la palabra “aliaRSe” (con dichas letras en mayúsculas con fines de Responsabilidad Social). Sin embargo, por todos los objetivos que conlleva la unión de marcas, empresa, institución o figura moral ¿realmente estamos listos para “aliarnos”?
Como consumidores no siempre estamos de acuerdo con lo que se considera “comunicación incongruente”. Por ejemplo, una empresa que se dedica a la venta de productos que “fomenta” la obesidad infantil decide promover la unión familiar y la inclusión de género. ¿No se supone que debería comunicar temas de activación física o deporte?
Pues no; ni siquiera es un “deber ser” en los objetivos de comunicación de la empresa. Lo anterior no menciona ninguna alianza, es cierto. “Alianza” es la unión per se para el logro de un objetivo en común.
Marcas, empresas, fundaciones corporativas, ONG´s y el gobierno, tienen un objetivo totalmente diferente con sus distintos programas, pero, definitivamente hay un objetivo que todos tienen en común: la gente y, por ende, la inversión social.
Las alianzas no son necesariamente entre proyectos con los mismos fines; nacen de aquellos con una necesidad de crecer, mejorar y actualizarse para lograr un mejor resultado traducido en números, en menores costos y en mayores beneficios. En el caso específico de los programas que buscan un impacto positivo en la sociedad cambiante, las alianzas logran un seguimiento activo, generando indicadores desde la perspectiva de cada involucrado, para la mejora en el desarrollo de programas futuros, teniendo como resultado la sostenibilidad.
Por: Lic. Adriana Leroux, Alianzas Estratégicas en Somos Aliados A.C. Directora de Campañas de EduMarketing y Responsabilidad Social en Educa Acción. Emprendedora en ModaDeGarage