Es momento de que el sector empresarial revise cada uno de los puntos y se de cuenta de las grandes oportunidades económicas que, a su vez, servirán para enfrentar la recesión.
El camino a la felicidad global tiene una ruta muy clara: el fin de la pobreza, la protección del medio ambiente, la preservación de la paz y la prosperidad colectiva, a través de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas.
¿Qué tan cerca están los países de cumplirlas?
Anualmente, Bertelsmann Stiftung y la Red de Soluciones de Desarrollo Sostenible de la ONU, crearon el índice SDG Index, para medir el desempeño de los países en materia del cumplimiento de estas metas.
Dinamarca, Suecia, Finlandia, Francia, Austria, Alemania, República Checa, Noruega, Holanda y Estonia, son los 10 países que más han avanzado en el cumplimiento de los ODS desde 2019. México está ubicado en el puesto 78 del estudio, mala posición considerando que estamos por detrás de otros países de la región como Colombia, Brasil, Cuba, Perú, Ecuador, Argentina, Uruguay, Costa Rica y Chile.
Es preocupante que muchos países han perdido el interés en el cumplimiento de estas metas, como el caso de Estados Unidos y su salida del Acuerdo de París en este año por parte del gobierno de Donald Trump, o la retirada de inversión a la Organización Mundial de la Salud. La gestión de Bolsonaro en Brasil, también da mucho que desear, solo por mencionar la pésima gestión en el control de los incendios en Amazonas y el retroceso en iniciativas socialmente responsables desde el gobierno.
La era postpandémica supone el retraso del cumplimiento de varios ODS, y es que la brutal recesión económica que afecta, y afectará aún más al mundo, dificulta intensamente el fin de la pobreza, por lo tanto, el fin del hambre, la garantía de la salud y el crecimiento económico individual será más difícil, las desigualdades se acentuarán y posiblemente, la aplicación de procesos para una educación de calidad ininterrumpida será una tarea bastante complicada.
¿Cómo avanzar?
En los últimos meses, hemos visto cómo se ha popularizado la tendencia de asumir la responsabilidad social empresarial para sumar a los esfuerzos que los distintos gobiernos del mundo hacen para frenar los contagios.
La respuesta es sencilla: trabajo en equipo. A través de la cooperación entre gobiernos, empresas, instituciones, ONG’s, asociaciones, y todos los entes que cuenten con la capacidad de aportar al bienestar humano, podremos sacar adelante los ODS al final de la década.
Es por esta razón que hoy, más que nunca, el ODS 17: Alianzas para lograr los objetivos, el último de todos, es el que necesitamos acatar para que el resto se cumpla. ¿Es posible? Por supuesto que sí.