Marzo del 2020, después que China y otros países aislaran personas y cerraran negocios para evitar el contagio, nos tocó vivir en carne propia esa experiencia. En el sector turístico se detuvo la actividad por mucho tiempo, ya que se consideró como actividad NO esencial, y como en todos los sectores se implementaron protocolos de seguridad sanitaria.
El acatar estos protocolos (solo era llenar cuestionarios) y reportarlos en el portal de Nueva Normalidad, nos permitía operar con muchas restricciones y aplicando un semáforo que cambiaba todos los días, donde no entendíamos cómo funcionaba. Si el semáforo era nivel 4 nos permitía tener el 50% de ocupación y al día siguiente era nivel 5, entonces ahora la afluencia era del 30% ¿qué quería decir eso? ¿Pedirle al 20% de los huéspedes que se cambiaran de hotel? suena absurdo, pero fue nuestra realidad por meses.
Recibir mensajes a diario preguntando si había ¿cambios en el semáforo? ¿Qué debo hacer, quitar mesas y sillas? ¿Qué es la regla de proxemia? ¿Debo mover a mis huéspedes? ¿Cómo le haría el comensal para comer si el uso del cubrebocas es obligatorio?, etc. Como consultor fue una etapa de aprendizaje y reflexión, porque nos enfrentamos a una situación y es uno de los indicadores de mayor exigencia en la legislación internacional.
O La NMX-F-605- NORMEX-2018, esta Norma establece las disposiciones de buenas prácticas de higiene y sanidad que deben cumplir los prestadores de servicios de alimentos y bebidas para obtener el Distintivo “H”; Pero los sistemas de gestión de la calidad higiénico-sanitaria van más allá y todos debemos aprender sobre estos modelos porque no sabemos cuándo, pero seguro que vendrá otra pandemia y debemos estar preparados para hacerle frente.