La capacitación es desarrollo e implica la obtención de herramientas que pueden utilizarse para mejorar el rendimiento de una empresa y, por lógica, de sus empleados.
Frecuentemente los empresarios se preguntan ¿qué caso tiene gastar en capacitar a mi personal?, al poco tiempo pueden cambiar de trabajo y se pierde el objetivo de que apliquen lo aprendido en mi empresa.
Empecemos por el principio, veamos la capacitación como una inversión, no como un gasto; el tiempo –por corto que sea- que el personal aproveche para aplicar los conocimientos adquiridos es ya una ventaja para la empresa que lo capacitó.
Es importante mantener al personal y a los mismos dueños y directivos capacitados, de manera que puedan apoyarse en ello como ventaja competitiva sobre su competencia. No se trata de tomar todos los cursos existentes o contratar especialistas en todas las áreas, sino de definir específicamente las áreas y temas en que se requiere actualizar o mejorar.
Quizá no haya sido analizado por quienes creen que la capacitación es un gasto, pero se debe considerar como un importante motivador para los trabajadores, ya que se les brinda confianza en la empresa que se preocupa por ellos, por su desarrollo y no sólo porque hagan bien su trabajo. Dicha sensación de apoyo se incrementa cuando algunos cursos son impartidos no sólo para mejorar el trabajo actual del empleado sino también para su propio desarrollo personal y futuro ascenso, dentro de la compañía.
Uno de los puntos que genera una alta rotación de personal en las empresas es la falta de capacitación, donde los gerentes exigen cada vez más trabajo y eficiencia, pero no preparan a sus subordinados para que tengan las herramientas necesarias ante tales circunstancias.
Esto se puede realizar desde preparar al personal para que sepa exactamente lo que va a hacer en su trabajo y así evitar errores posteriores, siendo el dueño o gerente en las micro, pequeñas y medianas empresas quien realiza dicho proceso, por tanto, él mismo debe estar capacitado para capacitar.
Buscando soluciones
Después de esa introducción se van puliendo los detalles de organización, administración, manejo de tiempo, comunicación, etc. Que pudieran ser necesarios para un mejor desempeño, para después poder establecer las necesidades personales y profesionales, estableciendo un plan de carrera que beneficia a ambas partes.
¿Alguna vez ha llamado a alguna empresa, donde al contestar el teléfono es como si el interlocutor estuviera de malas o como si usted hubiera marcado a casa de un desconocido?, ¿contratar a una telefonista con experiencia es la solución o es mejor capacitar a quien se tiene en el puesto para dar un toque profesional?
La capacitación no solucionará todos los problemas, pero puede ayudar en que los conceptos sean aplicados, así como el grado de motivación que el personal tenga con respecto a ser capacitado, conociendo los beneficios que puede obtener de ello.
Por: Jorge Guadarrama, Coach Empresarial.