Si las oportunidades para el desarrollo, la integración económica y social no llegan a una población, las condiciones de vida se deterioran.
Sabemos que México se desenvuelve dentro de varias realidades, la urbana y la rural, la del desarrollo y la de la marginación, la de altos niveles económicos y la de la pobreza extrema.
Uno de los grandes retos de un gobierno, si no es que el más importante, es generar las condiciones para que toda la población del país tenga acceso a oportunidades de desarrollo en entornos de equidad, para cerrar la brecha de desigualdad distribuyendo de una mejor manera la riqueza y haciendo partícipes a todos en la generación y disfrute de la misma.
Al igual que el sistema circulatorio del cuerpo humano, que sirve para llevar la sangre a todo el organismo de tal forma que se mantenga vivo, funcional y sano, una red de caminos cumple básicamente con los mismos objetivos, llevando bienes y servicios a cada rincón del país, lo que genera bienestar y desarrollo.
Cuando hay falta de flujo sanguíneo en alguna parte del cuerpo, esta inevitablemente se deteriora y eventualmente deja de funcionar, pudiendo causar incluso la muerte del organismo. Lo mismo pasa en un país, si las oportunidades para el desarrollo, integración económica y social no llegan a una población, las condiciones de vida se ven vulneradas, con todas las consecuencias negativas que esto ocasiona.
El gobierno debe mantener enfocadas sus políticas públicas a generar condiciones que permitan que cada uno de sus ciudadanos tenga las mejores oportunidades para participar en el desarrollo del país. Estas condiciones pasan principalmente por temas básicos de alimentación, salud, educación y seguridad pública.
Los caminos y carreteras son el principal medio para acercar a la población a bienes y servicios, por lo que una adecuada conectividad es esencial para generar condiciones de bienestar y desarrollo. Dicha conectividad no solo debe generarse en términos de cobertura, sino de calidad e intermodalidad con otros medios de transporte.
Conectividad nacional
De acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, México ocupa el lugar 15 por el tamaño de su economía, sin embargo, el Foro Económico Mundial lo
sitúa en el lugar 46 de 141 en el Índice de Competitividad Global 4.0 (2019); lugar 54 en calidad de la infraestructura de transporte, lugar 22 en conectividad y 49 en la calidad de la red de carreteras. Con estas cifras, se puede ver que, aunque México cuenta con una conectividad más o menos acorde al tamaño de su economía, tiene una gran área de oportunidad para mejorar en términos de calidad de infraestructura carretera para alcanzar los niveles de competitivi- dad y bienestar social que requiere Una buena conectividad en términos de cobertura, calidad e intermodalidad, genera necesariamente menores tiempos de traslado, costos logísticos de transporte bajos, mayor seguridad vial, lo cual se refleja en el aumento en la comodidad de los usuarios, mejor acceso a servicios públicos y menores precios al consumidor por bienes y mercancías.
México cuenta con una red nacional de carreteras de casi 408,000 km, que cada año hay que conservar en buenas condiciones, lo cual no es tarea fácil ante los presupuestos cada vez más escasos. Por esta red se mueve más del 96% de los pasajeros y casi el 56% de la carga, según datos de la SCT, por lo que su nivel de calidad afecta directamente a los costos logísticos de transporte del país. Según la SCT, tan solo el 25% de la red federal libre de peaje (que en total tiene casi 40,600 km) está en buenas condiciones, por lo que se requiere una mayor inversión en este rubro.
Por: Juan José Orozco,
Director General de ORVA Ingeniería.