Si bien la confianza es la piedra angular y la base de las relaciones productivas y los equipos de alto rendimiento, no es algo que suceda de la noche a la mañana.
De acuerdo con un estudio reciente de coaching de ventas, para el 76% de las empresas es un factor crítico de éxito. Pero antes de que puedas llegar a ese camino común; de hecho, antes de que comiences el proceso de entrenamiento como empleado, debes ser receptivo a este y más que nada, tener confianza.
Para entender qué tan importante es la confianza, considera tu propia experiencia. Si no crees que el objetivo principal de tu gerente sea ayudarte a alcanzar tus metas personales y profesionales, entonces probablemente no serás muy receptivo a lo que tienen para ofrecer. A menos que puedan crear una conexión emocional y demostrar que comprenden que se trata de ti, no de ellos, entonces la relación no va a llegar muy lejos. Y eso significa que no es probable que obtengas el valor total de esas conversaciones de coaching.
Como gerente o líder, la creación de un entorno receptivo para el desempeño requiere tiempo y esfuerzo, pero el valor se extiende mucho más allá de las conversaciones de preparación. Cuando las personas confían en ti, trabajarán más duro, escucharán mejor y serán más comprensivos con los errores o malentendidos. Cuando la confianza es baja, hay más resistencia y la comunicación simplemente no funcionará tan bien.
Como señaló George Horace Gallup (periodista, matemático y estadístico estadunidense) en un artículo que explora la potencial crisis de confianza que enfrentan muchas compañías: “Un fuerte liderazgo ético es una parte importante que les da a los empleados y clientes la confianza para invertir en relaciones a largo plazo con organizaciones”. Para comenzar a forjar estas relaciones de confianza tan importantes, debemos:
1.- Comunicar claramente las expectativas a cada persona. No asumas que saben lo que estás pensando o responderías a los mismos motivadores internos que haces. Comunícate teniendo en cuenta su estilo de perspectiva y comportamiento, no el tuyo.
2.- Demuestra que tienes -de corazón-, interés por lo que dice y hace. Toma en cuenta que a veces las acciones hablan más que las palabras.
3.- Cumplir con los compromisos dados y recibidos. Esto no se trata solo de lo que has comprometido con tus empleados, sino también de los compromisos de los empleados contigo.
Entonces, ¿qué haces todos los días para fortalecer la cultura de la confianza con tus empleados y clientes?
Por: Adriano Silva,
VP de Ventas y Expansión en GINgroup