
Necesario es que nuestro país desarrolle planes con acciones climáticas contundentes y efectivas dentro los sectores de la economía, financiadas por el sector público, privado y gobierno.
La descarbonización del planeta es uno de los objetivos que a nivel mundial se han propuesto cumplir los países de cara al 2050. Este objetivo se define como el proceso de reducción de emisiones de dióxido de carbono (CO2) a la atmósfera, con el objetivo de lograr una economía global con bajas emisiones que consiga la neutralidad climática a través de la transición energética.
Cuando una entidad o país desarrolla un plan de descarbonización de la economía, pone en marcha una serie de acciones y medidas enfocadas a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Es necesario que haya una transición energética que elimine el carbono de la producción de energía para lograr la descarbonización y obtener energías alternativas limpias que emitan solo lo que el planeta puede absorber.
En 2021, mediante la asociación con diversas industrias como la automotriz, energética, alimentos y bebidas, petroquímica, agro y bienes de consumo, se implementaron soluciones para la optimización de descargas de caldera, la eliminación de pérdida de agua en torres de enfriamiento, monitoreo en línea, aplicación de programas de tratamiento químico para el tratamiento de agua, eliminación de biofilm y tecnologías avanzadas para la regeneración y reutilización del agua.
Estas acciones consiguieron la reducción de cerca de 230 mil Mt CO2 en Latinoamérica, según datos de SUEZ Water Technologies & Solutions.
Otro camino está en la producción de energía verde por medio de la gestión de lodos y biogás a partir de residuos sólidos y líquidos, es decir una planta de tratamiento de agua se transforma en una planta generadora de energía, volviéndose autosuficiente energéticamente, exportando electricidad a la red nacional y además, generando fertilizante rico en nitrógeno y otros componentes valiosos para el suelo.
Según el reporte emitido por el Instituto de Recursos Mundiales (WRI, por sus siglas en inglés), se ha proyectado que podría haber un ahorro de 5 mil millones de dólares en gasto público durante los siguientes 10 años y se estima que podrían salvarse más de 25 mil vidas de ahora a 2030, gracias a las mejoras en la calidad del aire que respirarían generaciones actuales y futuras.
Es necesario que en México se desarrollen planes que incluyan acciones climáticas contundentes y efectivas dentro los sectores de la economía y puedan ser financiadas tanto por sectores públicos, privados y de gobierno.
Información obtenida en: Suez Water Technologies
