
El “Plan México” cuenta con una base sólida para el impulso de la industria nacional y extranjera en el país, pues además de la cifra histórica total de 200 mil millones de dólares destinada a su despliegue, el marco legal favorece a la inversión extranjera al ser fundamental para la apertura de 13 de los 100 parques trazados rumbo al 2030.
La actual administración pública ha imple mentado recursos legales y políticos como la creación de polos de desarrollo económico para el bienestar, estímulos fiscales a nuevas inversiones en el país, una nueva ventanilla única digital nacional de inversiones para la simplificación, entre muchas otras. En este sentido, recientemente el Gobierno Federal -a través de la Secretaría de Economía (SE)- dio a conocer dos ejes principales para el destino de la inversión mencionada: la primera por 2 mil 750 millones de dólares para la construcción de una planta industrial en Kanasín, Yucatán a partir de este año y hasta 2028.
La segunda, por 625 millones de dólares para la finalización de 87 parques industriales restantes del plan en toda la república. La dinámica gobierno-inversión extranjera tiene como fundamento buenos acuerdos comerciales y un esquema óptimo para la seguridad del capital extranjero.
Además, el enfoque territorial, el modelo económico subyacente y el uso del aparato legal e institucional del Estado son fundamentales para diferenciar la estrategia de otros intentos de impulso de la industria nacional, con enfoques más hacia el norte del país.
De este modo, el desarrollo de la región industrial en el sureste y centro de México lucen como una prioridad ambiciosa pero alcanzable, contemplando los 5 millones de dólares extras que aún se inyectarán al sector. Todo esto se alinea a uno de los incentivos fiscales de mayor atractivo para impulsar regiones del país como el Nearshoring Decree o Decreto de Nearshoring que busca relocalizar las cadenas productivas del país y pinta como uno de los brazos fiscales más potentes para dirigir el capital internacional hacia proyectos industriales estratégicos dentro de la República.
La perspectiva desde el plano internacional posiciona a la arquitectura jurídica y empresarial mexicana como atractiva para economías emergentes en Asía y América Latina. Los llamados 30 APPRIs (Acuerdos para la Protección Recíproca de Inversiones), por ejemplo, han tenido un efecto de confianza y protección contra la expropiación, discriminación o falta de debido proceso.
Por: Juan Carlos Izaza
Senior Counsel
Por: S.C. Matisse Flores
Legal Intern de Pérez Correa González y Asociados, S.C.