Dependiendo del perfil, formación y experiencia del coach, podemos colocarnos también el sombrero de consultor, facilitador o mentor coach.
En los últimos años, ante los grandes retos de las empresas en temas como el desarrollo de sus líderes, creación de equipos colaborativos, mejora en la comunicación, y hasta el cambio de mentalidad que implica la ola de la Cuarta Revolución Industrial, el área de Recursos Humanos tiene el desafío de buscar opciones externas para solucionar estos dolores. Una de ellas es el Coaching.
De acuerdo con la Encuesta de Coaching Ejecutivo 2013 de la Universidad de Stanford y The Miles Group, aplicada a más de 200 CEO´s, altos ejecutivos y directores de América del Norte, casi dos tercios de los CEO´s no recibe asesoramiento externo sobre sus habilidades de liderazgo, pero casi todos lo quieren o estarían dispuestos a recibir coaching.
“Lonely at the top”… solitario en la cima, resuena para la mayoría de los directivos, ya que pueden sentirse solos ante la responsabilidad que el rol les demanda, sin alguien que los acompañe, por lo que hay una gran oportunidad para las empresas de llenar este vacío.
Y esto ocurre por el llamado punto ciego, ese espacio interior desde el cual los ejecutivos operan y conectan con su liderazgo. Conocemos lo que los líderes hacen, es decir, los qué y el cómo, sus resultados y sus procesos; pero poco sabemos sobre la dimensión de origen desde la cual operan, es decir, el espacio del quién, la calidad de la atención, intención y relación que el ejecutivo le da a cada situación laboral. ¿Te habías preguntado sobre este punto ciego?
El rol del ejecutivo
Ante este contexto quiero invitarte a distinguir el valor del coaching ejecutivo, de equipos y coaching organizacional como un impulsor o socio de negocio para el área de RH; un coach profesional, un equipo o empresa de coaches; dependiendo la contratación acompañará a los colaboradores (gerentes, directivos, supervisores, etcétera) al desarrollo de nuevas competencias, habilidades y sensibilidades a través del arte de la conversación
y herramientas, o modelos aprendidos para observar y accionar sobre un nuevo mundo de posibilidades en su gestión.
Estamos al servicio de lo que el cliente declara que quiere lograr, siempre ligado a lo que la empresa espera del rol del ejecutivo, equipo o área. Somos aliados en el aprendizaje y gestión de nuevas formas de ser, hacer y sentir, traducido en resultados que impacten directamente en los objetivos de las organizaciones.
Los coaches, a través de la calidad de nuestras preguntas en las sesiones del proceso de entrenamiento, articulamos el para qué quiere trabajar esos objetivos, cómo se verán reflejados en acciones observables y medibles, cómo y cuándo logrará lo que se propone, qué emociones conducirán estos desafíos. En otras palabras, creamos el encuadre para acompañar los logros del cliente, descubriendo las brechas que obstaculizan la conexión entre el presente y el futuro posible.
Por: Lizeth Hernández Naranjo,
Coach ejecutiva certificada en el programa virtual de Estrategias de Coaching.