“Estudiar administración no nos hace buenos administradores, da los fundamentos y las herramientas; pero también se requiere sentido común.”
Hace muchos años escuchamos una frase que tiene mucha profundidad: “No hay malos negocios, hay malos administradores”; y en esta profesión de la consultoría es muy común que cuando se diagnostica una micro o pequeña empresa, sus principales problemas radican en la administración. Entonces, si los principales problemas de las PyMEs radican en la administración, ¿por qué no buscar incrementar las competencias de administrar de los empresarios, para que esta competencia se sume a las de todo buen emprendedor? Eso es precisamente lo que intentaremos hacer en esta ocasión, sembrar en los empresarios la posibilidad de encontrar mecanismos funcionales y sencillos que permitan administrar mejor su empresa.Comencemos por el principio, ¿qué es administrar? La mayoría de los autores coinciden en que administrar consiste en aprovechar de manera eficiente los recursos con los que se cuenta para alcanzar los objetivos de la empresa. Las bases y principios de la administración son los mismos para todos, pero se tienen que adaptar a las características de cada empresa de acuerdo a su giro, tamaño, objetivos, recursos, etcétera. Es decir, la administración es un traje a la medida de cada empresa, entonces ¿por qué pretender aplicar técnicas complejas a empresas pequeñas y sencillas? Veamos en qué consiste esta propuesta de “administrar en una página”. La administración tiene como herramienta principal el proceso administrativo que son las etapas necesarias para que se pueda llevar a cabo la administración y que se puede resumir en cinco etapas: planear, organizar, integrar, dirigir y controlar.
– La planeación en una página.
Una de las herramientas más reconocidas es sin duda la planeación estratégica, y siempre que pensamos en ella nos imaginamos una serie de reuniones que dan como resultado un documento “robusto”, es decir, de muchas páginas, en donde se describe lo que se espera de la empresa en los próximos cinco a diez años. Para una empresa pequeña que vive condiciones cambiantes de mercado e incluso de infraestructura, planear a diez años puede resultar complejo, pero hacer un plan estratégico en una página para tres a cinco años puede resultar más eficiente y funcional, y puede convertirse incluso en una técnica habitual que le permita a la empresa ir planeando-ejecutando- evaluando-retroalimentando y así repetir el ciclo.