¿Cómo instalar un sistema de gestión de calidad?

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“Herramienta que garantiza la consistencia de todos los procesos, más no es un pretexto para justificar fallas,  bajos desempeños o malos comportamientos”

Los sistemas de gestión de calidad son como una semilla,  primero tenemos que preparar  el terreno, luego sembrarla y requiere de cuidados para que dé frutos en beneficio del negocio.  Algunos de nosotros tuvimos la oportunidad  de estudiar durante nuestra  formación académica las teorías de la  calidad. El problema es que toda esa teoría maravillosa parece inútil cuando  inicias tu trabajo en una planta y te  encuentras con la cruda realidad de  tener que seguir o instalar un sistema  de gestión de calidad.

Instalando un sistema de gestión
El primer concepto erróneo que muchos enfrentamos, es que, para algunas  personas el sistema de calidad el peor enemigo. En su mente, éste es el culpable de que las cosas no funcionen  y de que su vida sea miserable.  Por eso es muy frecuente encontrar  comentarios como “es que el ISO no  me deja”. El segundo caso decepcionante, puede ser el caer en una organización,  supuestamente interesada en “mejorar”; que decide contratar a un recién egresado   o a un becario para asignarle la “misión heroica” de instalar el sistema de gestión de calidad  en la compañía, porque el Director General está demasiado ocupado como para involucrarse en
eso, a los Directores o Gerentes es lo último que les preocupa, y todo culmina en que los pobres muchachos que con tanta ilusión ingresaron, “tiran la  toalla” porque a nadie le importa.  ¿Y cómo va a funcionar algo en una organización  si el equipo de liderazgo es el primero que   muestra que no le interesa?  Este es el punto clave, recordemos nuevamente que los sistemas de calidad son como una  semilla:
Preparar el terreno: Significa enfocar a la organización. El equipo de liderazgo debe integrarlo como un objetivo clave en el plan estratégico,   deberá presupuestar y asignar los recursos necesarios,   así como seleccionar al talento que sea  ideal para ejecutarlo. Si los directivos no están  comprometidos, o no tienen en sus objetivos individuales participación en el proyecto, esto ya es  una derrota por adelantado.

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Por: Rodrigo Calderón
 
 
 
 
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