El líder podrá identificar e impulsar esos hábitos que sean la clave para facilitar el desempeño de las personas en un modelo híbrido.
Con el inicio de año, es importante vislumbrar las posibilidades y los desafíos que se presentarán para pensar con calma qué decisiones y qué acciones tomar ante cada situación que nos permita prosperar en lo individual y en lo colectivo en nuestra organización.
Uno de los desafíos que seguiremos teniendo en 2023 es la gestión de ambientes híbridos, con personas trabajando de manera presencial y otras a distancia, ahora se trata de un nuevo modelo de trabajo, en donde se pueden presentar diversas situaciones. Antonio Simancas, Presidente de ICF (International Coaching Federation) México, nos comparte cinco consejos de lo que considera que ha funcionado, y seguirá para que los líderes puedan potenciar el desempeño de sus equipos a través de la consolidación del talento y el desarrollo de las personas de manera integral.
- Claridad de unidad y propósito. En ocasiones los colaboradores de nuestro equipo, aún estando todos en un mismo lugar físico, pueden dejar de lado que todo lo que hacemos contribuye o afecta al equipo en su composición, y que todos buscamos un mismo fin. En un modelo híbrido, puede ser más fácil que pierdan de vista la importancia de abonar a la unidad para el logro colectivo del propósito último del equipo y/o la organización.
- Comunicación multicanal. El líder debe de calibrar qué métodos o canales de comunicación son más efectivos con cada uno de sus colaboradores, e incluso utilizar varios a la vez, para asegurar que en verdad exista el nivel de comunicación necesario para el funcionamiento del equipo y en su caso de toda la organización.
- Espacios para empatizar. Suele ser común que quienes acuden a trabajar en presencial tengan cierto recelo de quienes trabajan a distancia y viceversa. En la medida de que exista poca “comunicación informal” entre los colaboradores, es fácil que puedan hacerse ideas equivocadas de lo que viven o enfrentan sus compañeros y esas tensiones terminan recargándose en el líder, que tiene que servir como “bisagra” entre quienes están en sitio y quienes están de manera remota.
- Fomentar la responsabilidad y el compromiso. El líder debe ser muy claro en retroalimentar a sus colaboradores para que asuman todas sus responsabilidades y se comprometan al 100% con ellas, como lo hace todo Líder Coach, es decir, inspirando a los colaboradores a que tomen conciencia de lo que está en su círculo de influencia, identifiquen las brechas a cerrar, tengan la creatividad para generar alternativas y pasen a la acción con la mayor de las convicciones y en donde se prohíba detenerse por posibles obstáculos que se deriven por el modelo híbrido, o mejor dicho, que la distancia entre las personas no sea el pretexto para que las acciones, que están en tu ámbito de responsabilidad, no sucedan.
- Hábitos ganadores. Toda acción que dé muestras de que funciona debe repetirse, y si consideramos que el ser humano es un “animal de hábitos”, el líder debe promover con sus colaboradores que identifiquen lo que mejor les sirva para volverlo un hábito ganador, es decir, realizar de manera cotidiana las acciones, que poco a poco los lleven a lograr las metas colectivas, y en particular, para desarrollar aquellos hábitos que faciliten y respalden un modelo híbrido de trabajo.