
La reputación de una empresa es para lo que al humano una arteria al corazón, si empieza a verse afectada, tarde o temprano morirá. A partir del 2016 las empresas mexicanas se han ido involucrando poco a poco en la cultura del Compliance, concepto que surge originalmente del derecho anglosajón, pero que actualmente se ha extendido en muchas partes del mundo como una herramienta poderosa para fomentar una cultura de integridad empresarial, mejores prácticas de gobernanza corporativa y para que la empresa se cuide a sí misma.
Por Corrupción debemos entender lo que ha señalado Transparencia Internacional con respecto a que es “el uso indebido del poder, que es utilizado por la (s) persona (s) a quién (es) le fue encomendado para su propio beneficio particular. La forma más común de corrupción es el Soborno, que se define como la entrega o aceptación de dinero, regalos u otro tipo de ventajas, como incentivo para hacer algo deshonesto, ilegal o que constituye una violación de la confianza en el transcurso de la actividad comercial”.
De modo general, debemos entender por compliance como aquella herramienta de acción que a través de medidas sistematizadas, implementa dentro de la corporación y en todos los niveles (desde la alta dirección hasta los colaboradores del último eslabón) acciones de prevención para evitar que acontezcan vulneraciones en la normativa penal, administrativa, civil y laboral, así como en los propios códigos y políticas de la empresa con el objetivo de crear una cultura de integridad centrada en la legalidad y el fiel cumplimiento de las leyes.

Por: Rodolfo Chacón Rangel
Especialista en Compliance
y Corporate Defense por
la Asociación Peruana
de Compliance.
Compliance Officer.