Los conflictos entre los colaboradores es inevitable. Por más que se tenga una cultura laboral saludable, adecuada comunicación y liderazgo, en algún punto las personas chocarán entre sí por diferencia de opciones u otros problemas. Esto es normal y hasta cierto grado sano porque permite crecer en conjunto, pero si no se sabe controlar una situación de este tipo, los resultados para la organización pueden ser atroces e incluso generar pérdidas económicas.
Clive Johnson y Jackie Keddy, autores del libro Manejo del conflicto en el trabajo, indica que tan solo en Reino Unido, las empresas gastan en promedio 60,000 millones de dólares anuales en resolver confrontaciones, mientras que en Estados Unidos 300,000 millones porque muchas situaciones terminan en tribunales. En México, un juicio laboral puede tomar más de 100 días, aunque el proceso desde que se pone la demanda hasta la resolución puede tomar hasta dos años, en promedio.
Existen muchas causas de problemas laborales, pero entre los detonantes más típicos están los sentimientos paranoicos entre los empleados que surgen, principalmente, por la incertidumbre de su futuro en la organización, por actitudes de empleados inadaptados y por un mal liderazgo. Para evitar que el problema sea mayor a una discusión de trabajo, los líderes deben ser proactivos y actuar en la “hora cero”, el momento justo antes de que la situación explote y se salga de las manos. De igual manera deben explotar sus habilidades de comunicación, negociación, conciliación, empatía, respeto sinceridad y compasión. Asimismo, deben ser capaces de crear confianza y dar la oportunidad de hablar a cada involucrado del conflicto.
Por: María Vallejo
Reportera