El Consultor del 2018 es el catalizador de los cambios que estamos viviendo, y hoy es quien enseña a la empresa a caminar por sus propios medios. Cuántas veces no he escuchado en los últimos meses hablar acerca de la consultoría y las mismas que escucho sobre su mucha o poca importancia, sobre su poca o gran ayuda, sobre su alto o bajo costo, y muchas otras cosas al respecto, por lo que considero oportuno hacer una pequeña contribución sobre el tema.
Hoy, son tan vastos los giros y negocios de las empresas que no podemos pretender que una sola persona conozca a fondo una materia o disciplina. En este 2018, no solo se fabrican zapatos, sino ahora existen zapaterías especializadas en el hombre deportivo; ya no solo se crean campañas de publicidad o marketing, sino existen agencias especializadas en marketing médico de prevención.
Esta misma diversificación en nuestros días, ha generado que existan terceros y gente externa que, con su conocimiento en esa área, especialidad o disciplina, nos ayude a lograr la misión de todo empresario o director general de una empresa: generar la mayor riqueza para la misma y sus accionistas.
Aplicando Consultoría
Por lo anterior, actualmente la consultoría es de fácil aplicación y contratación para cualquier empresa y en cualquiera de sus áreas: existe la consultoría en recursos humanos, en contabilidad e impuestos, en publicidad y creatividad, en diseño, en transformación organizacional; en lo personal proveemos consultoría en la administración de redes sociales, por ejemplo. No siempre le damos ese título, pero un abogado externo, finalmente es el CONSULTOR de nuestra empresa en temas legales; un contador o auditor externo, es el CONSULTOR de la empresa en temas fiscales y financieros.
Como su nombre lo indica, la consultoría es aquella “pregunta” o “inquietud” en algún tema específico que hace la empresa a un especialista del tema. Adolfo Tuñón, director de Mesa Consultores, firma especializada en transformación organizacional, define al consultor como el “experto en una materia específica que conoce y ha experimentado casos similares dentro de otras organizaciones y te ayuda y orienta con mejores prácticas al respecto”.
Por esto, y por esta misma diversidad de giros y empresas, también es importante contemplar una misma diversidad de “especialistas”
o consultores, sobre todo en la disciplina o área que consideremos que más ayuda necesita dentro de nuestra empresa o en la que vayamos a implementar algún cambio de importancia o relevancia y, en la que necesitemos una “segunda opinión”.
La opinión externa siempre será más confiable por su objetividad al ver las cosas desde fuera y por ese conocimiento del que se ha valido a través del trabajo con otras empresas, y que nosotros como empresarios o directores, por mucho que lo queramos, nunca lo tendremos, porque solo estamos trabajando para una sola (nos especializamos en la empresa o en el área, no en el proceso, como es el caso de los consultores).
Por: Javier Vázquez Gómez.
Director general de Tok Relaciones Públicas.
