
En México miles de ciudadanos se quedaron sin empleo o les recortaron su presupuesto, gracias a la crisis sanitaria por Covid-19, dado a ello se vieron impulsados a buscar otras fuentes de ingresos, una de ellas las “ventas por catálogo”. Asimismo, la necesidad de evitar contacto incrementó el mercado del comercio digital y mecanismos de compra-venta bajo estos esquemas.
Siendo un foco todas las desigualdades del mercado laboral nacional, las mujeres fueron uno de los grupos más vulnerables y afectados por la pandemia en muchos aspectos. La distribución desproporcionada de las tareas no remuneradas del hogar como la limpieza, mantenimiento o cuidados a niños o adultos mayores, fue una de las problemáticas de género que se profundizaron.
Primordialmente con el confinamiento, las clases en línea y la incidencia de enfermedades las mujeres se vieron obligadas al recorte de sus horarios laborales, buscar en que ocuparse medio día o simplemente abandonar sus empleos remunerados para organizar el trabajo del hogar. Gracias a todo esto, firmas de ventas por catálogo, como Avon, CyZone, Natura, Mary Kay o HND, aprovecharon esta oportunidad.
Miles de personas decidieron unirse como colaboradores o consultores a dichas empresas, mismas que ofrecen una gama de productos que van desde el cuidado y la belleza hasta enseres para el hogar.
Lo que hace tan característico a este negocio es que no existe una relación laboral, pues las consultoras fingen como representantes y sus ingresos constan del valor de las ventas que realicen y en algunos casos del número de colaboradoras que logren captar.
En nuestro país estos mecanismos de “venta directo” tienen un alcance importante en la población.
Se considera que, a lo largo del 2020, las ventas por catálogo alcanzaron 89,376 millones de pesos, que representaron apenas una caída de 1.7% que, si se compara con otros rubros del comercio, fue una contracción moderada. Según cifras de la Asociación Mexicana de Venta Directa (AMVD) el sector estrella de las ventas por catálogo es el de belleza, el cual aportó el 46% del total de las ventas de estas compañías.
La digitalización de los catálogos, el incremento en bancarización y el desarrollo de las plataformas de transporte privado, igual han sido fundamentales en el dinamismo de dicho sector. El proceso de visualización de los productos, pago y entrega ya no necesitan contacto como se realizaba hace algunos años.
Pese a que parecía que las ventas minoristas que se generan a través de Uber o Rappi, estaban descendiendo a los años previos, la pandemia abrió la oportunidad a la recuperación del sector y las readaptaciones han consolidado no sólo el incremento en el valor de las ventas, sino también en el número de consultores, que mayormente son mujeres.
El negocio de las ventas por catálogo que parecía cada vez menos popular entre las personas fue una de las principales fuentes de ingresos de muchas personas, especialmente mujeres, durante la crisis laboral por la Covid-19 y según las proyecciones espera una recuperación importante gracias a la digitalización y el desarrollo de nuevas herramientas para el comercio “sin contacto”.
Con información de El Economista.
