Currículum encubierto, selección del mejor talento

La selección del mejor talento es un factor crucial para el éxito organizacional. Sin embargo, a pesar de los avances en la tecnología y en las prácticas de RH, diversas empresas enfrentan retos significativos al intentar elegir a los candidatos ideales.

Estos desafíos son, en gran medida, resultado de los sesgos inconscientes que se introducen en el proceso de selección, desviaciones que en ocasiones derivan del conocimiento previo sobre la identidad y la imagen de los candidatos. Es en este contexto donde el currículum vitae encubierto se presenta como una solución innovadora y poderosa para garantizar objetividad. Retos actuales Uno de los principales desafíos es la influencia de los sesgos inconscientes en el proceso de contratación.

Aunque no intencionados, pueden tener un impacto significativo en la efec tividad de la elección. Algunos de los sesgos más comunes incluyen la afinidad, donde los reclutadores tienden a favorecer a candidatos que comparten características similares a las suyas.

Tenemos el sesgo de confirmación, donde se busca información que concuerde con las creencias preexistentes sobre un candidato; y el sesgo de estereotipo, donde se asume que ciertos grupos de personas poseen determinados rasgos, sean positivos o negativos. Estas desviaciones pueden llevar al descarte de candidatos altamente cualificados porque no cumplen con ciertos criterios subjetivos o no encajan en un perfil preestablecido.

Además, es posible que se contrate a personas que, aunque sean adecuadas, no necesariamente sean las más relevantes. Esto afecta la diversidad dentro de la empresa y, a largo plazo, la innovación y el desempeño organizacional. Otra problemática común es la influencia de la imagen y la apariencia de los candidatos.

Es bien sabido que la primera impresión tiene un impacto duradero, y esto no siempre es positivo. Factores como edad, género, raza o incluso vestimenta suelen influir, consciente o inconscientemente en la percepción de los reclutadores, lo que lleva a decisiones de contratación basadas en percepciones subjetivas.

 Además, la presencia de información personal en el currículum, como el nombre, la dirección o la fotografía, puede desencadenar prejuicios que desvíen la atención de las habilidades y experiencias relevantes del candidato.

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