En México existen cantidad de despachos de abogados como el que represento, que abordan cada caso de carácter legal con estrategias únicas y a las necesidades individuales de los clientes. En nuestro caso nos especializamos en litigios civiles, mercantiles y de amparo, (particularmente en tres áreas), donde sobresalen: Juicios de seguros (demandas contra aseguradoras), defensa de pagaré en blanco y derecho de daños, por mencionar.
Es de reconocer una realidad actual y es que: La mayoría de las personas no comprenden que ciertos juicios requieren una representación legal específica. Piensan que cualquier abogado puede manejar cualquier caso legal. Este desconocimiento ha llevado a muchos a perder batallas legales cruciales, no por la falta de mérito en sus casos, sino por no elegir la representación adecuada para sus necesidades le[1]gales específicas.
En el ámbito de los seguros, el juicio es una lucha desigual, una batalla de David contra Goliat, donde el cliente, afectado por un siniestro, se enfrenta a la negativa de una aseguradora poderosa y bien armada legalmente.
Aliado estratégico
Para una representación legal y adecuada, hay que contar con el aliado estratégico para el cliente, no solo por su profundo conocimiento de la Ley Sobre el Contrato de Seguro y los precedentes judiciales, sino también por su compro[1]miso inquebrantable con los intereses del cliente.
Adoptando un modelo de honorarios basado en el éxito del juicio, asumiendo los riesgos juntos. Este mo[1]delo alinea sus intereses con los de sus clientes, cobrando únicamente si se alcanza la victoria. Si la aseguradora no te paga, no es que tu seas el del problema, de acuerdo con los resultados de la Encuesta de Salida sobre seguros, la cual se realizó entre febrero y julio de 2023, y en la que participaron 10,844 usuarios que presentaron reclamaciones en los portales de Queja Electrónica o Registro Único de Trámites ante la CONDUSEF, 63% de las quejas correspondieron a seguros de auto, el 26% a seguros de vida y el 11% a Gastos Médicos Mayores.
Para una empresa de seguros es mejor rechazar el pago de sus asegurados y que un pequeño porcentaje de usuarios la demande y gane, que indemnizar a todos.
El desafío se intensifica cuando los clientes presentan una queja en CONDUSEF y se topan con la intransigencia de una aseguradora que se niega a pagar. En un entorno donde los abogados no especializados pueden ofrecer poco más que falsas esperanzas, la firma surge como la excepción, equipados con experiencia y especialización necesarias para cambiar el curso del resultado.
Por: Miguel Sebastián Peregrina Mendoza
Director General