El ODS 3 busca garantizar que todas las personas tengan la oportunidad de llevar una vida sana y activa.
América Latina enfrenta un desafío crucial en su camino hacia la realización de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas, específicamente el ODS 3, que se centra en garantizar una vida saludable y promover el bienestar para todos en todas las edades. Un obstáculo significativo en la región es la falta de infraestructura hospitalaria que cumpla con los estándares necesarios para satisfacer estos objetivos sostenibles.
“La salud es un derecho para todos y su abordaje debe ser transversal en varias de las políticas e implementaciones en infraestructura, abarcando desde la planeación, diseño, construcción, operación y administración, hasta la investigación”, señala Briseyda Reséndiz, presidenta XIX Congreso Internacional Hospital del Futuro, Transversalidad en la Infraestructura para la Salud.
La insuficiencia de infraestructura hospitalaria adecuada en América Latina es un problema que afecta a millones de personas en la región. Esto se manifiesta en diversas formas:
- Acceso limitado a servicios de salud de calidad: Muchas comunidades rurales y zonas marginadas carecen de hospitales y clínicas adecuadas, lo que dificulta el acceso a servicios de salud esenciales. Esto resulta en una desigualdad significativa en el acceso a la atención médica y a menudo pone en desventaja a los más vulnerables.
- Falta de capacidad y recursos: Los hospitales existentes a menudo enfrentan limitaciones en términos de camas, personal médico y equipos médicos actualizados. Esta falta de capacidad dificulta la respuesta a emergencias médicas y la atención de enfermedades crónicas.
- Vulnerabilidad frente a crisis de salud: La falta de infraestructura resiliente hace que la región sea más vulnerable ante crisis de salud, como pandemias. La atención médica insuficiente y la falta de recursos pueden agravar la propagación de enfermedades y la respuesta a emergencias.
Para abordar este desafío, es esencial que los países latinoamericanos tomen medidas concretas:
- Inversión en infraestructura: Los gobiernos deben aumentar la inversión en infraestructura hospitalaria, construyendo nuevos hospitales y modernizando los existentes.
- Enfoque en áreas marginadas: Se debe dar prioridad a la construcción de hospitales en áreas rurales y comunidades marginadas, donde la falta de acceso a la atención médica es más acuciante.
- Sostenibilidad y resiliencia: La infraestructura hospitalaria debe ser diseñada considerando principios de sostenibilidad y resiliencia, de manera que pueda resistir desastres naturales y mantenerse operativa en situaciones de crisis.
- Cooperación internacional: Los países latinoamericanos pueden buscar asociaciones y cooperación internacional para obtener financiamiento y experiencia técnica en la construcción y mejora de la infraestructura hospitalaria.
Es necesario un enfoque transversal en el que todas las disciplinas, incluyendo la arquitectura e ingeniería, se armonicen para unificar el camino del conocimiento y la experiencia hacia una misma dirección, es decir, “identificar las necesidades esenciales y establecer los criterios ideales para el desarrollo de los proyectos de infraestructura de atención a la salud, con un enfoque de confiabilidad y seguridad en todo su entorno, de sostenibilidad en todos los conceptos y de calidad en todos los aspectos”, explica Eduardo Medina, presidente de AMIESAC.
El ODS 3 busca garantizar que todas las personas tengan la oportunidad de llevar una vida sana y activa. Para lograrlo, debemos considerar sustentabilidad, inclusión, equidad, universalidad, resiliencia y factibilidad en nuestras acciones y políticas, como lo señalan los especialistas.
La arquitectura y la infraestructura desempeñan un papel clave en la creación de entornos propicios para la promoción de la salud. “Trabajando juntos en estos aspectos, podemos avanzar hacia un mundo más saludable y sostenible para todos”, finaliza Medina.