“En México se ha analizado el potencial para impulsar e implementar proyectos de DOT de acuerdo a las oportunidades y contextos de las ciudades mexicanas; un modelo que ha probado tener éxito en otras grandes ciudades del mundo.”
De acuerdo a cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), al año 2015 el 54% de la población mundial vivía en ciudades; la población urbana ha tenido crecimiento constante. El reporte de World Urbanization Prospects (Naciones Unidas, 2014), señala que en 1950 el 30% de la población era urbana y que se tiene una
proyección para el año 2050 de representar el 66% de la población mundial. La distribución de la población urbana en México al año 1950 era del 43%, mientras que al año 2010 representaba el 78%. (Instituto Nacional de Estadística y Geografía, INEGI 2010). El proceso de urbanización en las ciudades mexicanas ha seguido un patrón de crecimiento acelerado y disperso; la ciudad de México, la más grande del Sistema Urbano Nacional (SUN)1 y la única megalópolis del país, también ha seguido esta tendencia. Sin embargo, este ritmo acelerado de crecimiento ha sido notorio en la expansión física de las ciudades, más no en cifras poblacionales. Se estima que el área de las ciudades mayores a 50 mil habitantes se ha expandido seis veces de 1980 a 2010, mientras que la población sólo se ha incrementado 1.9 veces. (Medina & Veloz, 2013). Esta situación ha generado ciudades con bajas densidades que encarecen la provisión de servicios, y que demeritan la calidad de
vida de sus habitantes al tener que recorrer largas distancias para cumplir con sus actividades diarias.
Lograr vinculación
En este sentido, ante la necesidad de lograr una correcta vinculación entre la planeación urbana y de movilidad que mejore la calidad de vida de los habitantes, el Desarrollo Orientado al Transporte (DOT), representa una oportunidad para reestructurar el crecimiento de las ciudades. El DOT es un modelo urbano que busca construir barrios en torno al transporte público, teniendo como elemento que define la estructura del barrio, una estación de autobús, BRT o metro; la cual esté rodeada de un desarrollo compacto y de alta densidad, y con buena infraestructura peatonal y ciclista (Medina & Veloz, 2013). Este modelo busca crear entornos en los cuales haya diversidad de actividades y servicios que reduzcan la necesidad de realizar largos desplazamientos para cumplir con las actividades diarias de los habitantes.