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El cambio climático se ha convertido en una de las mayores amenazas para la humanidad. Según el informe anual Indicators of Global Climate Change, el calentamiento global acelera a un ritmo histórico: 0.26ºC por década. A pesar de las políticas ambientales actuales, en los últimos diez años, el aumento de la temperatura ha sido de 1.19°C por encima de los niveles preindustriales, superior a la marca de 1.14 °C registrada para el periodo entre 2013 y 2022.
Ante este escenario, encontrar soluciones que permitan mitigar los efectos adversos del cambio climático es una necesidad de cualquier sector. Por ejemplo, la digitalización está revolucionando sectores clave de la economía, y el energético no es la excepción. Su capacidad para optimizar procesos y gestionar sistemas complejos ofrece una vía eficiente y sostenible para enfrentar la crisis climática.
A medida que se integran nuevas tecnologías en los sistemas energéticos se crean oportunidades para mejorar la eficiencia y reducir las emisiones de carbono. Pero ¿cómo puede la digitalización contribuir a la lucha contra el cambio climático?
Inteligencia Artificial para optimizar rendimiento
En general, el crecimiento exponencial de la demanda energética requiere una gestión más eficiente de los sistemas interconectados. Según la Agencia Internacional de Energía (IEA), se espera que la demanda de electricidad crezca un 4% en 2024, frente al 2.5% de 2023. Aquí, la digitalización juega un papel esencial.
A través del uso de tecnologías como la Inteligencia Artificial (IA) y el aprendizaje automático es posible gestionar las redes energéticas de manera más eficiente y optimizar su rendimiento. Otro ejemplo de su aplicación es el análisis de grandes volúmenes de datos que identifica patrones de consumo, predice necesidades futuras y ajusta el suministro energético en consecuencia.
Esto no solo evita el desperdicio de energía, sino que también permite una asignación más eficiente de los recursos. La IEA estima que la IA ya cumple más de 50 usos diferentes en el sistema energético, y que el mercado de la tecnología en el sector podría tener un valor de hasta 13 mil millones de dólares.
Por ejemplo, las redes eléctricas inteligentes, los sensores y sistemas de gestión digital, monitorean y ajustan continuamente el flujo de energía, equilibrando la oferta y la demanda en tiempo real. Esto es esencial para integrar fuentes de energía renovable que son intermitentes por naturaleza. Al hacerlo, se reduce la dependencia de fuentes de energía fósil y se disminuyen las emisiones de gases de efecto invernadero. Cabe señalar que la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA) señala que más del 90% de las soluciones para alcanzar un futuro energético sostenible están relacionadas con la digitalización y las energías renovables
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Por: Israel García Palacios
Market Manager de la Unidad de Negocios de Automatización de Redes Hitachi Energy México.