La educación aumenta la productividad de las personas y como consecuencia, el potencial de crecimiento económico de los países.
El Día Internacional de la Educación, surge como un espacio de reflexión sobre las necesidades de las infancias y los retos actuales para pensar en los cambios que hay que hacer para que la educación sea universal y de calidad y así, construir un futuro sostenible, inclusivo y pacífico.
Hacerlo no es sólo el objetivo del país sino del mundo, por lo cual la ONU desde 2015 aprobó la Agenda 2030 que incluye 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible que buscan mejorar las condiciones de vida de la población. Particularmente el Objetivo Cuatro, tiene como fin garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad que promueva oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todas y todos.
“Aún creemos que ir a la escuela consiste en memorizar capitales, ríos, fechas históricas o nombres, pero desde hace ya 25 años que esto cambió radicalmente con el nacimiento simbólico de Google; tenemos en nuestro día a día, en cualquier dispositivo móvil un reto diferente; ante un panorama con mucha información y datos, lo que nos falta es el pensamiento crítico para saber cómo aprovecharlos, cuestionarlos y darles sentido”, comenta Roberto Saint Martin, Fundador de Fundación RobotiX organización sin fines de lucro, que tiene por objetivo impulsar la implementación de metodologías educativas STEAM para la niñez y juventud, así como de las pedagogías lúdicas para los docentes en México.
La educación aumenta la productividad de las personas y como consecuencia, el potencial de crecimiento económico de los países, de ahí la importancia de impulsar desde la educación básica metodologías educativas innovadoras que brinden nuevas formas de aprendizaje. Para ello se requiere crear programas para que más niñas y niños de todos los contextos tengan acceso a una educación de calidad, aprendan a pensar en comunidad, obtengan oportunidades de crecimiento y lo más importante, se les garantice una vida digna.
“En el presente y en el futuro, queremos preparar ciudadanos que sepan resolver los problemas de sus comunidades, no con lo que memorizaron en la primaria, sino con el desarrollo de habilidades para plantear los nuevos retos que enfrenten, sepan cómo estudiarlos, imaginar y aterrizar soluciones, promoverlas, difundirlas e inclusive venderlas; queremos niñas y niños que se desenvuelvan socialmente en forma propositiva, empática e íntegra, con el desarrollo emocional y social que eso conlleva; construir personas a las que con curiosidad, creatividad, resiliencia e inteligencia emocional, les apasione seguir aprendiendo y enfrentarse a la vida. Es por todo esto que también las metodologías educativas deben renovarse”, agregó el fundador.