Lo que se propone y debería impulsarse es algún tipo de estandarización de procesos, o alguna homologación de buenas prácticas.
Impulsar buenas prácticas dentro de la industria del blindaje, y beneficiar al mercado, es uno de los propósitos del Consejo Nacional de la Industria de la Balística (CNB), que en esta oportunidad reunió a expertos en balística para que explicarán la importancia de instalar correctamente el material de blindaje, así como el papel que tienen los proveedores de la materia prima y los fabricantes que entregan un producto terminado al cliente.
Rodrigo Cornejo delegado de la Comisión de Fabricantes y Comercializadores del CNB, desde su perspectiva como industriales productores de materiales para su uso en el blindaje automotriz, arquitectónico, y corporal, explicaron que uno de los principales detalles que se deben atender en la industria del blindaje, tiene que ver con que se trata de una actividad artesanal, que requiere una amplia participación de la mano de obra humana.
“Por ejemplo, en el caso del blindaje de automóviles, se deben retirar prácticamente todos los componentes del vehículo para dejar el “esqueleto”, al que posteriormente se le instalan los materiales balísticos como pueden ser aramida o acero. El problema es que no hay una práctica correcta, estandarizada para su colocación; ya que cada empresa de blindaje lo hace como considera, y así podemos ver que hay quien ejerce prácticas correctas, y quien no lo hace”, mencionaron los expertos.
Ante esa situación, lo que se propone y debería impulsarse es algún tipo de estandarización de procesos, o alguna homologación de buenas prácticas, tema en el que coincide Ignacio Baca Torres, presidente de la Comisión Ejecutiva del CNB, quien señala que hay empresas que han llegado al extremo de ejecutar malas prácticas al adherir el material de blindaje con pegamentos de uso común para conformar paneles balísticos.
“A nosotros, como Consejo, nos interesa informar que puede haber empresas que hagan blindaje con material adecuado, pero con procesos de mala calidad, ya sea en su aplicación en vehículos, en chalecos o en el blindaje arquitectónico, lo que deriva en una falta de protección, con el riesgo de que una bala llegue a traspasar el blindaje, no porque se trate de un material deficiente, sino porque hay una instalación de mala calidad”, agregó el máximo dirigente del CNB.
Por su parte, Federico Forastieri, presidente de la Comisión de Ética y Justicia del CNB, explicó que en el caso del acero para blindaje, los instaladores deben ser muy cuidadosos con el tratamiento térmico que se le ejerza al momento del precalentamiento de corte, o al aplicar la soldadura, “la temperatura no debe superar los 200 grados C, porque de lo contrario el acero puede empezar a perder propiedades de la dureza que se requiere para blindar”.