EL CAMBIO. UN HECHO INEVITABLE Y CONSTANTE

Observe detenidamente a su alrededor y dese cuenta cómo todo lo que usted percibe está expuesto a cambiar de un momento a otro, incluso está cambiando en este preciso instante. No importa si es un pequeño o gran cambio pero la ma­yor parte de nuestro entorno se encuentra en constante movimiento.

Para hablar de cambio primero tenemos que definirlo, por lo tanto “cambio” es el concepto que denota la transición que ocurre de un estado a otro.

Ahora, tomando en cuenta este concepto tome otro momento para mirar hacia el interior de su organización, se dará cuenta que está cambiando, encontrará desde una pequeña remodelación en las instalaciones hasta uno radical en los procedimientos que actualmente utili­za: debido a la creciente tecnología e incluso el obtener un cliente nuevo muchas veces conlleva a un cambio en la manera cotidiana de trabajar.

Pareciera que no hemos terminado de adaptarnos a la situación actual, y ya es necesario tomar nuevas deci­siones y avanzar. Si la organización no se adapta a este fenómeno y sobre todo si no aprende a ocuparlo pa­ra su beneficio, en un instante puede quedar fuera del juego. En otras palabras, los cambios son constantes así que: ¡Hay que estar preparado!

Viaje hacia lo desconocido. Miedo y rechazo al cambio

“Nada teme más el hombre que ser tocado por lo desconocido”, cita el escritor Elías Cannetti en su obra Masa y poder. Con ella, pretendo ilustrar la principal razón por la cual en la mayoría de las ocasiones y so­bre todo en el ambiente organizacional, las personas rechazan el cambio y prefieren mantenerse estáticos en la denominada “zona de confort”.

Hay una serie de factores que provocan este miedo o resistencia al cambio. La mayoría de las personas se niegan a experimentar una situación desconoci­da, ése es el factor común, pero también pueden influir otros aspectos como la personalidad de un individuo, los hábitos que tiene, su percepción del trabajo, valores, costumbres, y la afectación econó­mica que considera podría traer un cambio consigo, entre otras.

Otro punto a considerar son las experiencias de cam­bio anteriores que han vivido las personas, si en una experiencia similar se llevó a cabo correctamente el proceso de cambio, ésta persona reaccionará bien ante el mismo; por el contrario, si tuvo algún proble­ma anteriormente, de inmediato existirá rechazo an­te una nueva situación.

Por: Vanessa Pedreño.

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