“El uso de un consultor especializado en negocios familiares incrementa la probabilidad de que el negocio, no solo opere cada vez mejor, sino que tenga una mayor expectativa de vida.”
Según el INEGI, más del 80% de las empresas en México son empresas familiares. A nivel mundial su presencia es del 70% y dan empleo a más del 50% de la fuerza laboral mundial (Gersick et al., 1997). Un negocio de esta índole es aquel donde miembros de una misma familia ocupan posiciones clave en la operación y/o la propiedad de un negocio; generalmente, con intención de mantenerlo controlado por la parentela a largo plazo. Como cualquier empresa, un negocio familiar nace del interés de desarrollar un vehículo proveedor de sustento económico. Sin embargo, a diferencia de un negocio institucionalizado, un negocio familiar es una organización particular en la cual las relaciones entre la gente que lo opera y/o es dueña del negocio son de muy alta complejidad. Las complejas situaciones que se dan en los negocios familiares derivan de la multiplicidad de roles, así como de la diversidad de categorías de las relaciones que los miembros de la familia sostienen entre sí. Es esta situación la que genera que un negocio familiar sea más propenso a conflictos.
Procesos de dinámica familiar
Recientemente y gracias a la continua especialización del campo de los negocios familiares, han surgido nuevos modelos de aproximación al estudio de dichas organizaciones. Las propuestas más interesantes están centradas en las metas no económicas de los negocios familiares. Éstas sobresalen porque los estudios han demostrado que los líderes de negocios familiares fijan metas no económicas, las cuales generalmente llevan prioridad sobre las metas financieras del negocio (Gómez-Mejía et al., 2010; Hauswald and Hack, 2013). En ocasiones esto sucede de manera consciente, pero comúnmente es un proceso inconsciente.