La consolidación de la Inteligencia Artificial (IA) se hace visible y con ello se podría decir que nunca antes habíamos estado tan cerca de emplear un sistema generativo que pudiese interpretar nuestros deseos en un parpadear de ojos. Sin embargo, mucho más se esconde detrás de ese chat simpático que es capaz de llevar a cabo conversaciones con un ser humano o de ese asistente técnico capaz de hallarles solución a los algoritmos más complejos.
El término “Inteligencia Artificial” no es nada nuevo. Como tal, se acuñó en los años 50 y durante la segunda mitad del siglo pasado siguió siendo un tema de estudio en algunos círculos académicos. La idea principal se basa en emular estrategias y procedimientos que ejecutan los seres humanos para enfrentarse a problemas y buscar respuestas. No obstante, el revuelo reciente gracias a la IA se fundamenta en estos dos aspectos
Las redes neuronales artificiales, que simulan las conexiones y el funcionamiento de las neuronas de nuestro cerebro, son capaces de mostrar una evolución evidente. Estas redes, incluidas en lo que coloquialmente se conoce como modelos de lenguaje colosal o Large Language Models, LLM en inglés, ya cuentan con un alto grado de eficiencia en la generación de texto, audio y vídeo.
La democratización del uso de estas nuevas tecnologías: Ahora cualquier persona tiene mayores oportunidades de acceder a estos modelos nuevos y eficientes. Al mismo tiempo, las aplicaciones y el desarrollo de programas se pueden anclar a estos servicios.
Por: David Marín
Lingüista Senior de Babbel