Crear un plan que permita promover una relación saludable con los antiguos colaboradores y evitar detractores, así como cualquier conflicto derivado de la desvinculación laboral.
Sin importar cuánto se esfuercen, en algún momento las organizaciones deben terminar algunas relaciones laborales y lo mejor que pueden hacer es estar preparados para llevar a cabo el offboarding de la mejor manera, tratando de afectar lo mínimo posible a la persona con quien se termine el contrato y asegurar que el funcionamiento de la empresa siga su curso con normalidad.
El offboarding o desvinculación laboral es el proceso que tiene lugar cuando se termina la relación entre un colaborador y la empresa, ya sea por renuncia, despido, terminación de contrato o jubilación. Este consiste en una serie de etapas que puede incluir transferencia de responsabilidades laborales, papeleo formal, desactivación de accesos y contraseñas, entrega y revisión de equipos y realización de entrevistas de salida.
“La falta de planificación y cálculos que respalden las decisiones puede generar una serie de efectos negativos en los colaboradores, que van desde la reducción de la motivación laboral hasta una fuga de talento producto del estrés y la desconfianza con la empresa, además de afectar su imagen frente a los distintos públicos. Es por eso que es necesario crear un plan de offboarding que permita promover una relación saludable con los antiguos colaboradores y evitar detractores, así como cualquier conflicto derivado de la desvinculación laboral”, comentó Haydeé Jaime, Responsable de Estudios de Mercado para en HolmesHR.
Para evitar o aminorar este tipo de conflictos, se recomienda contar con un plan adecuado que permita:
- Continuidad de la operación: Las compañías no deben parar de operar porque falte algún empleado, por esto se debe anticipar y coordinarse con el equipo para encargarse de las labores del puesto vacante.
- Comunicación con las diferentes áreas: Una comunicación oportuna evitará que se cometan errores, como seguir pagando al empleado que ya no forma parte de la empresa o gestionar los accesos que pudiera tener a la información de la compañía.
- Tener mapeadas las fases del proceso: Esto ayudará a saber a quién le corresponde cada acción con el fin de no omitir algo. Tomando en cuenta desde los trámites legales hasta el recibimiento de equipos o documentos.
- Tener todo en regla: Realizar todo el proceso de forma legal y tener todos los documentos firmados y en regla para evitar el riesgo de cualquier denuncia laboral.
- Obtener la información posible: Los empleados que dejan una empresa pueden ser una gran fuente de retroalimentación por su sinceridad. Las encuestas de salida suelen ser una gran herramienta para conocer los motivos de su partida y evitar que se replique.