La equidad de género en los espacios de trabajo se ha convertido en una tendencia global con la que se busca generar igualdad de oportunidades.
Existen múltiples factores que limitan el posicionamiento de las mujeres como líderes de una organización, por ejemplo, la gran brecha salarial entre hombres y mujeres. Las mujeres ganan en promedio 6.2% menos que los hombres por realizar el mismo trabajo y a pesar de tener la misma preparación educativa, de acuerdo con el Índice de Discriminación Salarial del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI).
En las mediciones 2016 de la Encuesta de Ambiente Laboral Trust Index® de las Mejores Empresas para Trabajar® en México, encontramos que las mujeres siguen ubicándose en gran medida dentro de los roles tradicionalmente considerados como “femeninos”.
La industria donde se identifican más mujeres que hombres es la de las Organizaciones No Gubernamentales (ONG´s), con una diferencia de 33% con respecto a los hombres; y otros sectores donde existe una menor brecha de género son Retail, Cuidado de la Salud y Servicios Profesionales, en los que la diferencia promedio es 3% mayor de hombres que de mujeres.
“Migrar al mundo corporativo donde el liderazgo no tenga género es solo uno de los primeros pasos para redefinir el futuro, pues la demanda de mejores estrategias y mayores resultados no tiene nombre propio, ni de una generación en particular, tiene únicamente el apellido del talento y la diversidad apostando por un mundo mejor para todos”, indicó Michelle Ferrari, CEO de Great Place to Work®.
Ante tal situación, es imprescindible generar una transformación en las organizaciones, donde poco a poco se rompa el paradigma de la “igualdad de género” y se apueste más por la diversidad, favoreciendo a todos los sectores por igual e incentivando la inclusión para que el factor principal de desarrollo sea el talento.
Por: Karen Valencia
Reportera