La pobreza, la desigualdad social, la educación, la seguridad alimentaria, el cambio climático entre otros, son problemas que imperan en el país y también son temas contemplados por la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas.
Mujeres y hombres con el deseo de emprender se han enfocado en estos problemas y han buscado cómo sus productos o servicios impactarán de manera positiva en su entorno. A esto se le conoce como emprendimiento social, y es una manera diferente de ver y hacer negocio, con el objetivo de brindar soluciones necesarias a la sociedad y a la vez generar ganancias.
El emprendimiento social es una realidad en México. Algunos ejemplos de emprendimiento social se han enfocado en la mejora y creación de transportes ecológicos y de fácil acceso, en el reciclaje de materiales para poder convertirlos en energías verdes como el uso de composta para generar energía, entre otros.
También se ha buscado dar solución a actividades cotidianas, por lo que la creación de empresas enfocadas en materiales de aseo o hasta ropa con materiales reciclados o naturales ha abierto un nuevo mercado económico.
Algunos otros, preocupados por la pobreza, educación, violencia y hambruna han desarrollado programas u organizaciones donde el objetivo es otorgar empleo a personas de sectores vulnerables del país para hacer textiles, comida y bebidas, generando oportunidades laborales con salarios justos.
Es necesario promover y desarrollar innovaciones sociales de este tipo. Esto se podrá lograr mediante el compromiso conjunto de universidades, alumnos, emprendedores, investigadores, científicos, académicos, u otras organizaciones sociales y de finanzas.
Por: Alejandra Cervantes
Reportera