Los coworkings surgieron para hacer más eficiente la forma de trabajo, con espacios colaborativos, que permitieran la socialización y a un costo más bajo que contratar grandes oficinas; sin embargo, la pandemia del coronavirus les mostró un panorama retador.
Desde el comienzo de la crisis se tomaron medidas de protección tanto económicas como de salud, y conforme avanzaban las fases se fueron modificando. En la fase tres, los coworkings limitaron los servicios al mínimo para las actividades esenciales, como las dedicadas al sector farmacéutico y de alimentos a fin de que continúen laborando.
Los coworking al basar su filosofía en el trabajo colaborativo, espacios amplios y confortables, al no poder brindar ese servicio a sus clientes han optado por diversas alternativas para continuar ofreciendo servicios. La comunicación continúa por correo electrónico y redes sociales, los eventos ahora se hacen por medio de webinars y algunas empresas han ofrecido facilidades de pago.
Los clientes comenzaron acercarse al coworking y pedir facilidades de pagos, a los nuevos clientes también se les dieron facilidades, como los primeros cuatro meses tener un descuento del 25% o que el primer mes sea gratis. Estas iniciativas han ayudado a conservar el empleo de los trabajadores y mantener su sueldo.
Por: María Vallejo
Reportera