Vivimos en un momento clave para cambiar nuestra historia, reconstruir nuestra sociedad y alcanzar la sostenibilidad del medio ambiente. Las problemáticas globales no son ajenas a nadie: su impacto alcanza a nuestras familias, sociedad y empresas por lo que las acciones que realicemos hoy definirán nuestro rumbo y el de las futuras generaciones.
La escasez de agua, por ejemplo, ya es una realidad en el mundo y afecta a más de 50 millones de personas. Por otro lado, la guerra entre Rusia y Ucrania está ocasionando grandes efectos de hambruna en el mundo, ya que toneladas de grano se están pudriendo en almacenes.
De ahí que sea importante preguntarnos: ¿cuál es nuestro papel (desde nuestras posiciones y organizaciones) en la resolución de estas problemáticas? No existe una sola respuesta para este cuestionamiento, sin embargo, muchas organizaciones estamos dispuestas a contribuir en temas medioambientales, sociales y de gobernanza (ESG por sus siglas en inglés), de una manera ágil y efectiva a través de un enfoque principal: el talento.
El desarrollo de un modelo de negocio que aborde los criterios ESG, se ha convertido en una forma de respaldar el rendimiento financiero y competitividad de las organizaciones.
Comunicar sobre las acciones e impacto de estos criterios es de interés para inversionistas, clientes y mercados, quienes demandan una responsabilidad activa en los mismos. Y ante el inminente avance del tiempo, también necesitamos apoyarnos de iniciativas gubernamentales y globales, como los Objetivos de Desarrollo Sostenible, ODS, establecidos por la ONU para el 2030 con 17 problemáticas urgentes en las cuales podemos actuar. Sólo nos quedan ocho años de acciones concretas para un futuro sostenible.
Por: Andrea García
Consultores en Negocios y Cambio de Comportamiento en OpenTec.
Por: Erik Rodríguez
Consultores en Negocios y Cambio de Comportamiento en OpenTec.