El antiguo Convento de San Pablo ubicado en el Centro Histórico de Oaxaca es rehabilitado por la Fundación Alfredo Harp Helú. Se trata de un centro académico que incluye áreas de exposición, salas para conferencias, talleres, aulas de enseñanza, así como un atrio al aire libre.
Construido en 1529 por la orden dominica, el ex convento se mantuvo escondido en las sombras durante varios años. En 2005 la Fundación compró un hotel y después de varios estudios que realizaron descubrieron los vestigios del santuario.
A partir de ese momento, la Fundación planteó un proyecto de rescate integrado con elementos de conservación, ingeniería estructural, y además la inserción de una arquitectura contemporánea.
Para conocer más sobre el tema, Consultoría conversó con el Arq. Adolfo Escárpita García, gerente de Proyecto de GA&A. La rehabilitación, incluyó restauradores, historiadores, arqueólogos, arquitectos, e ingenieros.
A través de los años
Originalmente el convento se edificó en tres manzanas, y en la actualidad se ubica en las calles de la Independencia e Hidalgo, extendidas desde la calle Armenta y López a Xicoténcatl en el centro de la ciudad de Oaxaca.
El monasterio consta de una iglesia parroquial, también fue un centro de estudios y enseñanza a partir del siglo XVI. No obstante, a causa de los terremotos de 1603, 1604 y 1608 sufrió graves daños y dejó de funcionar, puntualizó el entrevistado.
Por tal razón, sus ocupantes se mudaron al nuevo convento de Santo Domingo que ya estaba casi terminado por esas fechas. Sin embargo, entre 1617 y 1669 la orden reconstruyó la iglesia y el convento, dedicándolo a Santo Domingo de Soriano.
En las primeras décadas del siglo XVIII se añadió la Capilla del Rosario a su iglesia. Durante esta época los frailes vendieron poco a poco la superficie de la huerta y el atrio para financiar su vida. Así, del claustro sólo quedaron tres callejones con acceso al convento y a la iglesia.
En 1834 se instaló en el Monasterio de San Pablo el Instituto de Ciencias y Artes, dirigido por Benito Juárez. En 1860 se nacionalizó junto con los demás conventos de la ciudad como resultado de la promulgación de las Leyes de Reforma.
Posteriormente el instituto abandonó el monasterio, y en 1862 se demolió parte del convento para crear la calle de Fiallo. Los huecos de la demolición fueron tapados con nuevas fachadas y se cancelaron los callejones de acceso al convento.
En consecuencia el monasterio comenzó a desaparecer de la vista y de la memoria pública. A partir de ese momento, la estructura pasa por una progresiva destrucción.
Nueva vida
Después de descubrir los vestigios del convento, la Fundación Alfredo Harp Helú planteó un rescate integral mediante un proyecto basado tanto en investigación histórica como arqueológica.
La rehabilitación contempló una restauración mediante la liberación de agregados, consolidaciones e integraciones. Así, a lo largo de seis años, se añadieron siete predios a la rehabilitación.
Por Michel Alejandra Olguín Lacunza
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