Las organizaciones hoy se enfrentan a un mundo siempre cambiante donde ya no solo basta con alcanzar altos niveles de satisfacción de los clientes, lo que hace que los modelos de gestión tengan que ser más flexibles. Como bien conocemos, el desarrollo organizacional se basa en la creencia de que las organizaciones son sistemas abiertos que cambian y evolucionan constantemente.
En México en vez de trabajar y adaptarse a esos enfoques integrales se inclinan más a enfoques completamente estructuralistas los cuales llevan una planificación incompleta que no permite cambios. Los enfoques estructuralistas parten de la dinámica de construir procesos bien definidos, tales como objetivos, políticas y funciones en cada organización, el enfoque plantea de una manera general que las organizaciones deben contar con:
• Una división fija del trabajo
• Una jerarquía
• Normas
• División personal/oficial
• Procedimientos
• Empleo a largo plazo
Los modelos de trabajo en México han hecho su mejor esfuerzo por cumplir con la creación de las jerarquías y procedimientos, que permitan un modelo de negocio parcialmente estructurado con ciertas ganancias o rendimientos y aquí es donde se topa con la primera pared, ya que muchos de ellos presentan la resistencia al cambio haciendo la afirmación “Si no está roto, para que arreglarlo”. Es por eso que los enfoques integrales de desarrollo organizacional proponen una gestión que siempre se adapta al cambio tomando los mejores elementos del enfoque estructuralista, pero desarrollando las siguientes características:
1. El rol de la gestión: Claramente juega un papel fundamental en el desarrollo y éxito de una organización. Se trata de supervisar y orientar las actividades de los individuos y equipos hacia el logro de los objetivos de la organización. Las prácticas de gestión eficaces pueden impulsar el desarrollo organizacional y conducir a un mejor desempeño, mayor eficiencia y una gran competitividad.
2. Planificación: Una de las funciones clave de la gestión en el desarrollo organizacional, esto implica establecer objetivos claros, determinar estrategias para lograr esos objetivos y establecer sistemas para medir el progreso y hacer los ajustes necesarios.
Un plan bien diseñado garantiza que los recursos se utilicen de manera eficaz y eficiente, y que la organización avance en la dirección correcta. También ayuda a identificar posibles obstáculos y desafíos, y a desarrollar planes de contingencia para abordarlos.
3. Liderazgo: Existe una especie de aceptación universal sobre los líderes y su actividad, aunque no se tenga una idea clara sobre el significado de esta palabra, originalmente su significado era “conducir a los viajeros por el camino” pero el término aún no está del todo descifrado, o cuando menos no hay aceptación generalizada sobre su significado.
Por: Mtro. José Luis Rosano Vera
CEO: División 91 Soluciones y Consultoría.