
La Inteligencia Artificial (IA) ha evolucionado más allá de su rol como herramienta funcional para convertirse en el motor que está revolucionando las cadenas de suministro a nivel global. Su impacto trasciende la automatización, redefiniendo profundamente la manera en que las empresas operan en un entorno que exige adaptabilidad, eficiencia y resiliencia.
No se trata única[1]mente de implementar tecnología, sino de una transformación integral en cómo se concibe, gestiona y ejecuta la logística en un mundo en constante evolución. Según la firma Statista, se proyecta un crecimiento del 30% en la adopción de Inteligencia Artificial (IA) para 2025, una cifra que no solo resulta alentadora, sino que subraya el valor estratégico que las empresas ya están aprovechando.
La capacidad de procesar enormes volúmenes de datos en tiempo real y convertirlos en acciones tangibles —como reconfigurar rutas de transporte frente a imprevistos, ajustar inventarios según la volatilidad de la demanda o anticipar tendencias emergentes mediante el análisis de redes sociales— ha transformado de manera decisiva las dinámicas empresariales y redefinido las reglas del juego.
En términos de planeación de demanda, la IA ofrece una precisión incomparable. Ya no se trata de generar proyecciones estáticas que quedan obsoletas frente a cambios imprevistos en el mercado; se trata de una adaptación dinámica que incorpora factores como el clima, eventos globales, políticas regulatorias e incluso cambios en el comportamiento del consumidor.
Esta convergencia de datos históricos, patrones de consumo y factores externos permite a las empresas tomar decisiones informadas que no solo responden a las necesidades actuales, sino que también anticipan futuros desafíos y oportunidades.
En el ámbito logístico, la Inteligencia Artificial se ha consolidado como una fuerza disruptiva y transformadora. Al optimizar rutas en tiempo real, considera factores como el tráfico, condiciones climáticas, disponibilidad de vehículos y costos de combustible, permite a las empresas agilizar entregas, reducir tiempos de espera y, simultáneamente, disminuir su impacto ambiental.

Por: André Oliveira
Socio Regional Sintec Consulting