“Lograr equilibrar los aspectos técnicos y humanos resulta muy complejo, ya que dada la subjetividad de las personas, siempre se encontrarán reacciones positivas y negativas frente a un mismo hecho.”
Sin lugar a dudas todos hemos escuchado que el carbón necesita ser sometido a una serie de procesos para convertirse en un diamante y no ser sólo una roca más. De forma similar, las empresas requieren de una transformación organizacional profunda, la cual permita articular cambios fundamentales en la institución y que permita enfrentar hoy, una serie de retos de alta complejidad que obliga a las organizaciones a cambiar constantemente para poder cumplir objetivos relacionados a rentabilidad, presión de los mercados o mejorar el clima laboral. Esto claramente es un proceso arduo, más aún si no se ejecuta de la forma correcta. Es un hecho que las organizaciones en todos los niveles deben dejar de trabajar en la modificación de procesos aislados y que no alteran aspectos medulares de la empresa. Las empresas deben hacerse la pregunta: ¿Está la cultura organizacional conectada y alineada con las estrategias y objetivos de negocio?
Bajo este escenario es muy importante no perder de vista que los procesos de transformación organizacional, dada su profundidad, tienen la característica de causar un efecto dominó en el resto de la empresa. Es decir, que aunque el proceso de transformación como tal se enfoque en un solo aspecto, éste causará directa o indirectamente cambios sobre diversos aspectos organizacionales tales como la estructura, estrategia, directivas, cultura, ambiente, políticas o la tecnología. Claramente para poder transitar por este proceso y culminar de manera exitosa, se deben tener presentes aristas que deberán estar consideradas a lo largo de toda la iniciativa:
– Los procesos de transformación organizacional tienen la cualidad de causar una serie de efectos secundarios en el resto de la empresa.
– Los procesos deben ser innovadores con el fin de ir transformando la empresa y se puede partir de los cinco tipos básicos de innovaciones: nuevos procesos, nuevos productos o nuevas
versiones de los mismos, nuevas fuentes o tipos de insumos, nuevos mercados y nuevos métodos organizacionales.
– Reflexionar, cuestionar y modificar aspectos fundamentales como la comunicación, las relaciones humanas, trabajo en equipo, responsabilidades, compromiso o el liderazgo. Con una
transformación de estos aspectos fundamentales, las personas pueden alterar su manera de pensar, escuchar, hablar y actuar, lo cual dará resultados positivos en las organizaciones.
De lo anterior resulta evidente que para llevar a cabo procesos de transformación exitosos, es indispensable lograr equilibrar los aspectos técnicos (metodología y experiencia) y los aspectos humanos (propensión al cambio, alineamiento cultural, compromiso, participación, comunicación y capacidades) lo cual resulta muy complejo, ya que dada la subjetividad de las personas, siempre se encontrarán reacciones positivas y negativas frente a un mismo hecho.