Indispensable que los nuevos proyectos de generación eléctrica se analicen bajo una evaluación ambiental correcta, que permita generar medidas de prevención y mitigación aptas para cada proyecto en particular.
La demanda del consumo energético y la necesidad actual de muchos países por conservar el medio ambiente, ha favorecido el desarrollo de proyectos enfocados a la generación de energía eléctrica a partir de fuentes renovables. Las plantas fotovoltaicas y los parques eólicos son proyectos de generación de energía eléctrica en los que más ha invertido México en los últimos años, y según cifras del programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, nuestro país se ha posicionado en el segundo lugar de Latinoamérica en tener la producción más alta de energía eléctrica proveniente de fuentes eólicas.
La instalación de estas estructuras eléctricas trae consigo grandes beneficios sociales y económicos al país, no obstante, también provocan consecuencias negativas para la fauna silvestre que habita en los lugares donde dichos proyectos energéticos se establecen.
Los principales impactos
De manera general, los principales impactos negativos que el establecimiento de un proyecto de generación eléctrica (particularmente plantas fotovoltaicas y parque eólicos), tiene sobre la fauna silvestre son la pérdida y fragmentación de hábitat, disminución de especies y la introducción de especies exóticas. Sin embargo, cada proyecto tiene diversas implicaciones para la fauna a lo largo de sus distintas etapas de instauración que requieren ser analizadas.
En la etapa de preparación del sitio de un parque fotovoltaico, que implica cambio de uso de suelo, es en donde se provoca el mayor daño a la fauna, por la pérdida de especies y de hábitat. Estos efectos pueden ser mitigados mediante la reubicación de especies de manera asistida a un sitio adecuado, que se encuentre lejos de la zona de afectación del proyecto y mediante la reforestación de un área que pueda funcionar como nuevo hábitat para la fauna.
Así mismo, durante la etapa de operación de parques eólicos se provocan afectaciones muy puntuales sobre aves y murciélagos. La muerte de aves en los parques eólicos se provoca cuando estas especies colisionan con las aspas de los aerogeneradores, originando con el paso del tiempo una reducción significativa de las poblaciones de aves que se distribuyen en la región y de las aves migratorias.
Las líneas de transmisión también representan un peligro para las aves por colisión, electrocución y electromagnetismo. En el caso de los murciélagos, la mortandad es producto tanto de la colisión como de la descompresión que experimentan estos animales, cuando se acercan a los aerogeneradores y la presión atmosférica a los costados de las turbinas cambia abruptamente (barotrauma).
Algunos proyectos para la generación de energía eléctrica también requieren nuevas vías de comunicación terrestre para su acceso, que durante su construcción y funcionamiento provocan la pérdida de fauna por atropellamiento, fragmentación de hábitats y efecto de borde.
Por: Ing. Alejandra Guerra Cordero
Analista de Costos. Gestiones Ambientales del Centro, S.A. de C.V.
