“Si no nos medimos somos como un barco a la deriva, sin rumbo alguno y sin saber en dónde estamos.”
Una de las principales premisas de toda empresa, si no es que la primordial, es conocer con toda objetividad que tan competitiva es su organización, su funcionalidad, su alcance de resultados y por consecuencia, cómo se están posicionando sus productos y servicios en el mercado. Más aún, una cuestión primordial en el futuro de la empresa, es conocer claramente si está creciendo, qué áreas de oportunidad ofrece y con qué elementos puede desarrollar ambiciosas estrategias corporativas para eficientar sus recursos y aumentar la calidad y aceptación de sus productos y servicios en el competitivo y complicado entorno. En pocas palabras estamos hablando de saber con toda certeza hacia dónde vamos y hasta dónde podemos llegar. La principal herramienta para tener esta fundamental información es el desarrollo, implantación y mejora continua de claros y efectivos indicadores de calidad.
Indicadores de calidad
En todos los niveles de la organización debemos de contar con datos, cifras, números, métricas y estadísticas que nos permitan medirnos y compararnos tanto interna como externamente.
Asimismo, toda esta información servirá como una sólida plataforma para desarrollar las estrategias competitivas, así como la definición de los objetivos y planes maestros corporativos.
Dentro de los requisitos del sistema de gestión de calidad ISO 3001:2000, se definen las generalidades para planear e implantar el monitoreo, medición y mejoramiento de los procesos, para:
– Demostrar conformidad del producto.
– Asegurar conformidad del sistema de gestión de calidad.
– Mejorar continuamente la eficacia del sistema.
– Definir los métodos aplicables para la medición, análisis y mejora.
– Medir la satisfacción del cliente.
Además de lo anterior, sugiero desarrollar indicadores medibles, factibles y evidenciales sobre los siguientes conceptos.