Muchas empresas compran nuevas tecnologías, pero pocas son las que se ocupan de solicitar o exigir un mantenimiento preventivo.
Con la constante evolución de las tecnologías de información, las empresas se han enfrentado a no solo destinar una parte de sus utilidades para la compra de estas, sino a conseguir ser más competitivas.
Sin embargo, es frecuente encontrarnos con compañías que si bien es cierto invirtieron en la compra de tecnología, por otra parte descuidaron el mantenimiento de la misma, un aspecto que es igual o más importante que la compra de equipos.
Actualmente se estima que la compra de tecnología rebasa el presupuesto anual de las empresas en más de un 20%. No obstante, el rubro de su mantenimiento no figura en él, descartando con esto que una empresa pueda prolongar la vida útil de su inversión hasta en más de un 50%.
No es necesario comprar tecnología cada vez que sale una nueva actualización o hardware; en realidad las empresas deben basar esta decisión en la competitividad que quieren lograr o lo que necesitan tener ante sus clientes, así como en el mercado al que pertenecen.
Por ejemplo, una empresa que en el punto de venta aún cobra con cajas tradicionales está claro que requiere una inversión de nuevas herramientas tecnológicas que le permitan no solo cobrar, sino tener control en sus inventarios, aceptar tarjetas, administrar información en la nube, facturar en el momento y controlar sus precios, además de otras variables.
Por: David Ponce Dorantes, Director General en Tekserve México