
La industria mexicana representa cerca del 30% del Producto Interno Bruto (PIB) y es clave para el desarrollo económico del país. Este sector incluye actividades como manufactura avanzada, producción energética, construcción, tecnología, transporte, agricultura tecnificada y minería moderna.
En las últimas décadas, México ha consolidado su posición como uno de los principales exportadores globales, gracias a su ubicación estratégica y a una robusta red de tratados comerciales, como el T-MEC, que facilita el acceso a los mercados de América del Norte y otros países. Sin embargo, el sector enfrenta desafíos importantes.
Entre ellos, la transición hacia fuentes de energía renovable, una tarea compleja pero crucial en el contexto actual de sostenibilidad. Además, la dependencia histórica de la economía de Estados Unidos ha traído ventajas, pero también vulnerabilidades ante cambios en su política comercial. El dinamismo industrial mexicano ha generado clústeres especializados.
La manufactura automotriz, por ejemplo, ha posicionado al país como un referente global, mientras que Jalisco se ha convertido en el “Silicon Valley mexicano” debido al auge de la industria electrónica. No obstante, las desigualdades regionales son notorias, con una alta concentración de actividad en el Bajío y el norte, dejando al sur y sureste con un desarrollo industrial limitado.
Sectores más afectados en los últimos años
- Turismo
Durante la pandemia de Covid-19, el turismo sufrió pérdidas superiores al 50% en ciertas regiones, afectando destinos icónicos y comunidades locales dependientes de esta actividad.
Aunque el turismo ha presentado una recuperación, especialmente en destinos de playa como Cancún y Los Cabos, persisten problemas como la percepción de inseguridad y la falta de diversificación en la oferta turística. Mejorar la infraestructura y promover destinos culturales e históricos son pasos clave para revitalizar el sector.
- Construcción
La industria de la construcción ha enfrentado desafíos significativos debido a la reducción en la inversión pública y al aumento en los costos de materiales como el acero y el cemento. Grandes proyectos de infraestructura han sufrido retrasos, y la incertidumbre económica ha mermado la confianza de los inversionistas. Es necesario priorizar proyectos estratégicos y fomentar asociaciones público-privadas para impulsar el crecimiento.
- Petróleo y Gas
Este sector afronta una caída en la producción y la necesidad de modernizar su infraestructura. La transición energética global plantea tanto retos como oportunidades. Aunque México busca reducir su dependencia del petróleo, se requiere una planificación estratégica para aprovechar sus recursos de manera eficiente mientras se avanza hacia energías limpias.

Por: Adriano Cesario da Silva
Ejecutivo, Emprendedor