Las mujeres saben el poder de acción que el dinero les da, y ejercer dicho poder las ha hecho más selectivas.
El dinero, como un instrumento de valor acordado entre una colectividad para realizar transacciones, ha ido evolucionando en su conceptualización a través del tiempo, así como la relación que se tiene con él y la adquisición de bienes. Esta se ha transformado de generación en generación, debido a factores tanto económicos como contextuales que determinan las prioridades que una cierta colectividad tiene y aquello a lo que otorga valor.
Esto lleva a la pregunta: ¿cuál es el valor que tiene para la mujer actual? Para la nueva generación de mujeres jóvenes, quienes hoy oscilan entre los 20 y 35 años de edad y conforman una de las principales fuerzas económicas del país, el dinero se ha transformado en un instrumento distinto con respecto a la generación anterior –a las mujeres a quienes se agrupó en la llamada “generación X”–, dejando de ser sólo un fin
en sí mismo para convertirse en un medio que les da acceso a las experiencias que desean vivir. La relación con el dinero de esta nueva generación ya no es una cuestión de “tener”, es decir, de acumular bienes que pudieran “mostrarse” al mundo, sino un tema de vivir.
La mujer de hoy utiliza su dinero para “adquirir” momentos, sensaciones, planes, habilidades, resultados, tiempo, acceso a entornos, etc., a través de bienes que, aunque muchos de ellos tangibles, tienen valor no por lo que son en sí mismos, sino por las experiencias que proveen y lo que éstas aportan a la satisfacción personal de la mujer. Por lo tanto, el dinero es hoy para ellas un vehículo, no un fin.
Por: Carmen Ayala Si desea conocer el texto completo busque nuestra edición de Agosto en todos los Sanborns del país.