La Reforma Judicial es un volado

La Reforma Judicial se ha promocionado como la panacea de la solución a todos los conflictos jurídicos en México. El debate ha llegado a boca de todos. El tema actual ya no es si la Reforma es constitucional o no, que es un tema aparte, el punto es qué tan fuerte es nuestro sistema judicial y sociedad para evitar un colapso.

 Nuestros gobernantes, sea el ejecutivo o el legislativo nos metieron en un embudo que nos llevará tarde o temprano, sino rectificamos, al cadalso, ya que, es contundente que tenemos una carga importante de juicios, con procesos judiciales lentos, número limitado de jueces y, ahora, jueces electos que no necesariamente tienen experiencia en el conocimiento y aplicación de la ley y la impartición de justicia.

¿Realmente esta reforma cambiará algo en nuestro sistema judicial?

Tal y como se pretende, no. La reforma no cambiará en nada nuestro sistema judicial. En lo personal consideramos que, la reforma si bien tiene la intención loable de eliminar la corrupción y agilizar la justicia, lo cierto es que tal y como se plantea la misma, la corrupción no se eliminará y los procesos judiciales tampoco mejorarán en la medida de una aplicación de la justicia, ya que en ninguna parte de la reforma se tocan estos puntos en forma clara, concreta y concisa.

 Asimismo, respecto a la corrupción, elegir a jueces no implica que los mismos no vayan a ser corruptos. El claro ejemplo que tenemos son los políticos. Sin importar el color del partido, por años hemos elegido a nuestros gobernantes y la corrupción sigue en muchos de ellos sin freno alguno y hasta se alaba al nuevo rico con orígenes difusos de su riqueza.

La reforma no combate la corrupción de la que tanto habla el oficialismo del actual gobierno, pues en ningún momento se establecieron mecanismos para asegurar que el juez electo se maneje bajo principios éticos o, en su caso, formas para detectar y combatir este tipo de prácticas. Las cartas de recomendación que indiquen que una persona es honorable y honesta no es un mecanismo fiable para evitar la corrupción.

Hay muchos abogados capaces y son probos y honrados, pero no creemos que sean mayoría del grupo que será electo o por tómbola, sorteo dedazo, lo que se les ocurra. El origen de la forma de su designación es erróneo.

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Por: Luis Rolando Santos González

Socio en De la Vega y Martínez Rojas, S.C

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Diego Rodrigo Santos Garmilla

Manager Legal Affairs Freudenberg Group

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